“Yo puedo cuidarme solo”: respondía Donald “Little Man” Ortiz cada que los custodios le ofrecían protección, pues estaba amenazado de muerte por la mafia mexicana.
“Little man” fue un pandillero de California cuya leyenda lo precedía: durante al menos tres décadas su cabeza tuvo precio, y en todo ese tiempo nadie pudo acabar con él, ni dentro ni fuera de reclusión.
Pero la suerte se le acabó. A punto de cumplir 60 años la muerte lo alcanzó a las afueras de su departamento.
La historia de “Little man”
En 1975, a sus 13 años se unió a los Whittier Varrio Locos, ya había cometido algunos crímenes menores como robar o golpear a sus adversarios.
Una vez como pandillero expande su horizonte criminal, no sólo comete robos, también consume drogas y pelea con policías.
Y, llegado a los 19 años (1981) “Little Man” pisa por vez primera la cárcel por el delito de homicidio involuntario. Condenado a siete años sólo cumple cuatro.
En 1986, después de varios años tras las rejas, Ortiz fue enviado a la Cárcel Central de Hombres del Condado de Los Ángeles por portar un arma de fuego.
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Ahí recibió una tarea especial que tendría consecuencias para el resto de su vida:
Donald tenía que liquidar a Danny “Kojak” Deavilla, un miembro de la familia mexicana del noreste de Los Ángeles.
Ortiz, con tan solo 23 años, cumplió su tarea: Deavilla fue asesinado a puñaladas días después; ese fue su pase para introducirse a la mafia mexicana.
Durante años, prisiones y crímenes, “Little Man” mantuvo una relación “estable” con la mafia, pero después se deterioró por los rumores que apuntaban que Donald en realidad no había matado a Deavilla.
Supuestamente un reo con su mismo apodo habría matado a “Kojak” y no Ortiz. Pese a esto, “Little Man” cumplió la condena de 11 años.
En 1995, miembros de la mafia mexicana discutieron matar a Ortiz por supuestamente faltarle el respeto a la organización.
Para ese entonces, Ortiz estaba encerrado en la prisión de Los Ángeles.
Se planeó rodearlo de reos y acabar con él pero las autoridades descubrieron el complot y se salvó. La suerte le había sonreído.
Además, otro criminal tenía “razones” para quedarse con su vida:
Daniel “Cuate” Grajeda quería acabar con él porque supuestamente le robó un auto y drogas, según consta en actas judiciales.
A partir de ahí nació la leyenda de “Little Man” y sus “burlas a la muerte”.
Dos años después, Donald -encerrado en la prisión de Chino- fue golpeado y apuñalado en el patio de ejercicios por otro recluso -presunto miembro de la mafia- pero sobrevivió.
Ante las constantes amenazas a su vida, las autoridades le ofrecían protección -en cualquiera de las prisiones que habitó- a lo que “Little Man” respondía:
“Puedo cuidarme solo“.
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Algunos de sus delitos
Ortiz nunca abandonó el crimen ni las prisiones, entre los crímenes que se le imputaron está el asesinato -entre 1980 y 1990- de al menos 3 personas en California.
Para 2011 -en libertad- robó un auto con cámaras de seguridad y volvió a “la sombra”.
En 2019 luego de ser liberado de prisión, Ortiz y otros dos hombres fueron arrestados en Chino por robarle la pistola a un sujeto. En esa ocasión le dieron una condena de un año y cuatro meses. Tenía 57 años.
A los seis meses de su liberación (2020) fue arrestado por embriagarse en vía pública y estuvo en prisión un tiempo.
Finalmente, el 19 de noviembre de 2021, agentes policiales recibieron una llamada en la zona donde vivía Ortiz.
Al llegar a su departamento, en la cuadra 5100 de la calle Filadelfia, California, el cuerpo de Donald estaba tendido en el piso.
Con un tiro en la cabeza -presuntamente por un miembro de la mafia mexicana- la leyenda había muerto. “Little Man” estaba a punto de cumplir 60 años.
OC