Los microplásticos, contaminantes presentes hasta en el Everest, el Ártico o en medio del océano, son transportados entre continentes por vientos de altitud, según un estudio publicado ayer en la revista Nature Communications.
Estos residuos, de unos milímetros de volumen, y que provienen por ejemplo de los envoltorios o del lavado de ropa, preocupan cada vez más a los investigadores.
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Su presencia se detectó incluso cerca de la cima del Everest, seguramente procedente del material que usan los alpinistas. Otros estudios revelaron que hay microplásticos hasta en la nieve de los Alpes o del Ártico, así como en ríos y partes más remotas de los océanos.
También se detectan en el aire, muy cerca del suelo.
Pero esta vez, un grupo de investigadores buscó estos residuos en el aire “limpio” de altitud, por encima de las nubes. Los científicos -del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) en Francia, de la Universidad Grenoble Alpes 2 y de la Universidad de Strathclyde (Escocia)-, tomaron muestras en el observatorio del Pic du Midi, a 2 mil 877 metros de altitud, en los Pirineos franceses, entre junio y octubre de 2017, con una bomba que aspiraba 10 mil metros cúbicos de aire por semana.
Todas las muestras contenían microplásticos. Aunque las cantidades no representan un riesgo inmediato para la salud, son significativas para una zona que supuestamente está limpia y a la que no se puede atribuir un origen local de la contaminación, según los investigadores.
Para determinar la procedencia de los contaminantes, calcularon la trayectoria de las distintas masas de aire de las muestras durante los siete días anteriores a su extracción, y encontraron que los contaminantes venían del noroeste del continente africano, pasando por el Mediterráneo, América del Norte y el océano Atlántico.
CON INFORMACIÓN DE AFP
2, 877
metros de altitud, donde también se encontraron residuos
LEG