Foto: Gabriela Esquivel Con toda la alegría presente entre los asistentes, así como la barra de seguridad en los juegos, nadie olvida el cubrebocas  

El espíritu navideño vaga libre por el Zócalo de la Ciudad de México, donde cientos de personas disfrutan de los juegos mecánicos y atracciones de la Verbena Navideña, en medio de villancicos, risas y gritos.

Y es que pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó suspender las festividades navideñas ante la variante de Covid-19 Ómicron, en la Ciudad de México, donde no se ha reportado un gran número de casos (solo 16 de los 25 reportados en el país, hasta el último corte), el Gobierno local aseguró que no se cancelarían las actividades decembrinas.

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Muy cerca del carrusel, la joven Magaly comenta que en la Verbena Navideña se mantiene un buen control sanitario, algo de lo que sabe bien porque pertenece al personal de Salud.

“Puedo decir, como enfermera, que sí hemos tenido mucho cuidado en ese aspecto, pues veo gente usando cubrebocas, el riesgo al contagio siempre está, pero independientemente de ello debemos seguir conservando las medidas, pues es lo que hace posible que se hagan estos eventos”, relata a 24 HORAS.

Un poco lejos del Zócalo, en el Monumento a la Revolución, comerciantes afinaban ayer los últimos detalles para colocar templetes y figuras que simulan ser elefantes, camellos y renos, así como castillos que forman parte de los escenarios en donde los pequeños podrán tomarse la foto del recuerdo con Santa Claus o los Reyes Magos.

Poco a poco empiezan a llegar niños acompañados de sus papás, quienes observan cómo varios hombres colocan armaduras de herrería para formar escenarios imaginarios… Y algunos aprovechan para tomarse fotos de manera infraganti con los elefantes.

Juan Salinas, quien forma parte de la Romería, retoca la figura de Elsa, personaje de la película Frozen, y expresa que necesitan generar dinero para sus familias: “Vamos a estar listos este viernes, después del 25 nos transformamos en Reyes Magos… Se invierte mucho dinero, en ocasiones a las figuras que son elaboradas de fibra de vidrio se les rompen los dedos o los cuernos hay que volverlos a pegar”.

Por su parte, don Domingo Correa, otro comerciante, lamentó que mucha de la utilería de sus escenarios se destrozaron debido al mal tiempo, debido a que no cuenta con una bodega y dejó las cosas a la intemperie.

“Antes las dejaba en un terreno, pero la persona que lo cuidaba falleció; ya estamos restaurando la utilería, otras cosas son nuevas, como tablas de madera, herrería… Y me robaron las lonas”.

Una Navidad a la Disney

Expresó que los dos escenarios que tiene los trabaja con su familia, uno de ellos es Woody, de la película Toy Story, y el otro de los Reyes Magos; también reconoció que ya no les dio tiempo de instalar un escenario para Papá Noel, porque requiere traer renos y trineo.

“Lo ideal era empezar desde la primera posada, el 16 de diciembre, cuando los niños salen de vacaciones, ellos hacen la fiesta… Somos de la unión de fotógrafos y tiene 72 años que se formó la organización, entonces pues estamos a lo que la alcaldía diga, aquí está bueno”.

Recordó que en 1971 trabajaba en la Alameda tomando fotos con 35 milímetros, blanco y negro, a Santa Claus, después llegó la Polaroid y ahora trabaja con la cámara digital.
“La familia se disfraza de Reyes Magos, tengo a mi nieto, yerno y otro sobrino. En 2019 (antes de la pandemia) la foto la dábamos a 120 pesos”.

Se suben a los juegos para olvidar al Covid

En la explanada de la alcaldía Cuauhtémoc, el vaivén de los juegos mecánicos, el aroma de la comida y las luces de estrobo parecen hipnotizar a las personas que se acercan con los ojos como platos, atraídos por las promociones, los premios y la adrenalina de la Verbena Navideña.

Todavía en medio de la pandemia de Covid-19, muchos han olvidado que el virus sigue presente, pero mientras unos retienen las emociones detrás del cubrebocas, otros lo hacen de lado para gritar a los cuatro vientos y desahogar la adrenalina acumulada en el pecho.

Samantha Martínez acaba de bajar del Twister y aún le da vueltas el suelo: “Ya tenía tiempoVque no me daba una divertida así. Al menos así termino el año más tranquila”, afirma.

Una vez pasado el primer juego mecánico, solo hay tiempo de pensar en qué atracción es la siguiente. ¿Será el dragón? ¿El tiro al blanco?

Vania López acaba de probar su puntería tratando de romper botellas con rocas, y aunque sólo atinó a una“fue satisfactorio, así me desquité con todo lo que me ha pasado”.

Para ella, como para otros visitantes, la feria se ha vuelto un escape: “Ojalá el próximo año nos permita muchos momentos así”.

Pero con toda la alegría presente entre los asistentes, así como la barra de seguridad en los juegos, nadie olvida el cubrebocas, la barra de seguridad contra el virus.

LEG