El oído se queda momentáneamente aturdido, pues una rueda de acero rechina sobre la vía, avisando la marcha de una locomotora. Al paso de este coloso de metal todos los demás vehículos se detienen para rendirle homenaje y ceden el paso al tren, que parezca que no, todavía circula por la Ciudad de México transportando materias primas y mercancías.
Y es que aunque muchas de las vías que corren por la ciudad están abandonadas, y no se retiran por si algún día vuelven a ser requeridas, otras siguen vigentes.
En los límites de la CDMX con el Estado de México, entre Acueducto de Guadalupe y Tenayuca, los vecinos se han acostumbrado a oír bufar a esta bestia a las 13:00 horas, aunque algunas veces llega a pasar durante la madrugada, sin que esto les genere molestia.
Dominga Rivera, vecina de Acueducto de Guadalupe, en la Gustavo A. Madero, habita a orillas de la vía y lleva viviendo ahí más de 30 años.
“Llegué aquí a los 9 años, al principio era molesto escuchar al tren, pues al pasar el piso tiembla, al igual que las paredes de mi casa, pero ahora ya me acostumbré”, comentó.
En la Nueva Santa María, Azcapotzalco, otro punto ferroviario, Lucía Mateos coincide en que se ha acostumbrado al ruido del tren, dado que lleva más de 40 años viviendo en ese lugar, sin embargo, acusó que existen algunos puntos solos, donde los amantes de lo ajeno aprovechan para hacer travesuras.
“Me han asaltado dos veces, y como hay un corredor sobre las vías se echan a correr, ya sea para Tlatilco o Santa María la Rivera, entonces hace falta más seguridad, pues hay tramos que están solos y los delincuentes aprovechan para hacer de las suyas”, dijo.
Fuera del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y el Tren Suburbano, actualmente los trenes que pasan por la Ciudad de México son de carga, transportando productos como cerveza a otros puntos del país.
Sin embargo, próximamente habrá dos trenes de pasajeros más, mejorando la movilidad de la capital: El Tren Interurbano México-Toluca y el tren que comunicará con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en lo que hoy es la Base Aérea Militar de Santa Lucía.
Utilizan víaspara rituales de santería
En un recorrido realizado por 24 HORAS en vías de tren ubicadas en la alcaldía Azcapotzalco, no menos de tres gallinas decapitadas y ya aplastadas por el tren o los vehículos fueron ubicadas a lo largo de la ruta.
Este fenómeno, aunque no es común, tampoco es raro en la Ciudad de México, donde algunas personas practican rituales de santería.
Las gallinas y gallos en este estado no solo han sido vistas en vías de tren, sino también en puentes peatonales y parques públicos.
Para Lucía Mateos, un problema de vivir cerca de las vías son los animales muertos que dejan “las personas que se dedican a la brujería, pues con el paso del tren los restos son descuartizados”.
En el caso de las vías de tren, cuando están ubicadas en cruces de caminos, como el paso vehicular, se supone que dichos rituales alejan “las malas vibras” de la persona que realizó el ritual, aunque las vías también son utilizadas para conjuros de amor.
LEG