Una de las cosas más importantes que se hace en una expedición a lugares imposibles para muchos es ir con alguien a quien confiar la vida misma. Esa labor la lleva a cabo Omar Álvarez y Rafa Jaime, alpinistas que forman Cordada a Obscuras, proyecto que está en camino de conquistar las siete cumbres más altas del mundo y que en entrevista con 24 HORAS, compartieron algunas de sus vivencias que han fortalecido su vínculo.
OA: La amistad es un valor medular para Cordada a Obscuras. Cordada es lo que equivale a un equipo en el término del montañismo; y obscuras, como saben, Rafa es ciego, entonces tenemos un equipo muy particular que se ha soportado en valores como la amistad, la cual nos ha llevado al compromiso, a la lealtad, y la lealtad nos ha permitido tener un nivel de confianza en el que yo pongo mi vida en su manos y el pone la suya en las mías.
¿Qué valores soportan las misiones que encaran alrededor del mundo?
RJ: Trabajamos unos valores bien importantes como la solidaridad, la empatía, y que desde nuestra trinchera, podemos comunicarles a los chavos. Pensamos que las diferencias nos separan, pero es justo lo contrario. Conjugando nuestras diferentes capacidades podemos llegar más lejos. Quieres llegar rápido, ve solo, quieres llegar lejos, ve acompañado. En la actualidad con el tema de la pandemia y donde hay una descomposición social por ene cantidad de cosas, por qué no mandar un mensaje para ayudarnos, avanzar como mexicanos, como lo que somos: una gran nación, con una gran historia
¿Cómo se ha fortalecido este equipo?
RJ: No podemos decir que la vida para todos es igual y que todos tenemos las mismas oportunidades, pero con base en nuestra realidad, podemos crear herramientas. En mi caso, lo mejor que me ha pasado es haberme quedado ciego. Y con estas herramientas, y las de Omar Álvarez, hemos ido construyendo Cordado a Obscuras con cada cima que conquistamos alrededor del mundo.
¿Cómo se afronta una condición que para muchos sería una desgracia como perder la vista?
RJ: No puedo decir que un día me desperté y ya tenía la motivación o la mentalidad, porque esto ha sido una construcción de mucho tiempo. A veces evadimos la realidad, y en mi caso, un 6 de noviembre de 2006, mi realidad fue que ya estaba ciego, que esa ceguera iba a ser irreversible. Una vez que afrontas la realidad, una vez que te levantas y abrazas lo que eres, empiezas a digerir lo que hay enfrente de ti. La vida me dio unos padres que son unos grandes emprendedores de vida. En su vocabulario jamás escuché el no puedo, que la vida hay que gozarla.
¿Qué montaña es más difícil escalar, la de roca y hielo o la de la vida?
OA: Las montañas de roca y hielo, así como las de la vida, se enfrentan de la misma manera. Hay un punto muy importante: con quién quieres escalar esas montañas. Si lo llevas a un tema familiar, social, laboral, escolar… es exactamente lo mismo. Quieres escalar con alguien que tenga tus mismos objetivos, tus mismos sueños.
¿Qué más se require para escalar la montaña de la vida?
OA: Algo fundamental para escalar en la vida debe ser qué tanto te estás adaptando. Algo que yo le aprendí a Rafa es que él medio cuando lo conocí: ‘yo no puedo esperar que el mundo se adapte a mí’. Cuando llegan momentos complejos como el que estamos viviendo hoy como humanidad, dices: ¡claro!. Así como él se enfrentó a una ceguera a los 18 años, fue una adaptación al cambio impresionante.
¿Qué han aprendido de los retos que afrontan?
RJ: Estas experiencias nos han enseñado a encarar la vida de una forma diferente. Nos entrenan para estar listos ante una circunstancia particular, pero a veces la vida nos sorprende, y es mejor estar preparados ante los casos fortuitos que se nos presentan. Así como en la montaña vamos caminando y en cinco minutos nos cambia el panorama y se pone todo jodido, no inventamos, en ese momento estamos preparados para afrontar lo que venga.
¿Qué cumbre es la que más les ha exigido?
OA: Hablando técnicamente, acabamos de volver de Alaska hace unos meses. Escalamos la montaña más alta de América del Norte y la más fría del mundo. Rafa se convirtió en el primer ciego iberoamericano en estar ahí, y segundo en el mundo, y el primer equipo iberoamericano con un integrante ciego. Fue una expedición de 24 días en los que hubo muchos obstáculos. Una montaña hermosa, pero feroz y hostil. El clima nos metió a una carpa en una tormenta por nueve días sin poder salir. Cruzamos un terreno lleno de grietas de 200 metros, avalanchas. Tuvimos un accidente y casi nos cuesta la vida.
En la cima del mundo, ¿qué percepción se tiene de lo que se dejó atrás?
RAJ: La percepción a pesar de que estamos parados en el mismo lugar, es diferente. Por la condición la que estamos: emocional, mental, espiritual. Si bien es un momento de gozo para los dos, en mi caso es una celebración de todo el camino. La cumbre puede ser el aderezo de ese objetivo tan grande. El alma descansa cuando estás de nuevo abajo, en casa. Escuchar el vacío, a pesar de que no veo el lugar donde estoy parado, me siento tan indefenso y digo: ¿dónde carajos estoy parado?
LAS SIETE CUMBRES
MONTAÑA CONTINENTE ALTURA
Everest Asia (Nepal) 8,848 m.
Aconcagua Sudamérica (Argentina) 6,962 m.
Denali Norteamérica (Alaska) 6,195 m.
Kilimanjaro África (Tanzania) 5,895 m.
Elbrus Europa (Rusia) 5,642 m.
Monte Vinson Antártida 4,897 m.
Pirámide del Carstensz Oceanía (Nueva Guinea) 4,884 m.
FRASE
“Ha sido un caminar increíble. Él y yo hemos logrado cuatro de siete grandes montañas. Vienen grandes proyectos para Rafa y para mí en los próximos años”: Omar Álvarez
LEG