Para 2024, los diputados del presidente López Obrador habrán designado 8 de los 11 (72.7%) consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), incluyendo al que será el sustituto de Lorenzo Córdova en la presidencia del Consejo General. Esto implica que, para antes de las próximas elecciones presidenciales, el tabasqueño podría completar la destrucción del INE desde dentro, mediante el voto de los ocho consejeros obradoristas.
De este tamaño es el potencial riesgo democrático. Sin embargo—y paradójicamente—el Partido Verde puede salvar al INE de una inminente destrucción institucional. MORENA y PT tienen, juntos, el 47.0% de la Cámara de Diputados, pero solo con el Verde (8.6%) logran el 50% + 1 voto que requiere el bloque presidencial para designar a los consejeros. Como el PT jamás votaría distinto a MORENA, el Verde probablemente tendrá el destino del INE en sus manos.
Entonces, ¿cómo podríamos evitar la regresión autoritaria que significaría la supresión legal o de facto del INE? Desde la oposición partidista, “Va por México”, que agrupa a PAN, PRI y PRD, debe comenzar a dialogar con el Partido Verde lo antes posible sobre los riesgos de un sistema de elecciones cooptado por el Gobierno Federal—actual o futuro—. El Verde, si bien no tiene autoridad moral en ningún campo, no está conformado por antidemócratas que quieren destruir la pluralidad política. Por ello ese acercamiento, visto desde un enfoque preventivo, debe intentarse sí o sí.
Desde la sociedad civil también se deben ir tomando precauciones. Foros, mesas temáticas, eventos presenciales y digitales; todo lo que sirva para concientizar a la población sobre la importancia del proceso de renovación de los consejeros del INE. Explicar que si MORENA-PT-Verde elige personas ligadas al presidente, y no a expertos esencialmente independientes en materia política-electoral, estos podrían autodestruir al INE—o al menos anularlo administrativamente—por órdenes de Palacio Nacional.
En resumen, el Partido Verde tiene dos opciones: traicionar la transición democrática que costó sangre, sudor y saliva de miles de mexicanos, para así regresarle el control de las elecciones federales al Gobierno a cambio de alguna prebenda política; o bien, alejarse de López Obrador—al menos en este tema—, y proteger a la institución que consolidó esa pluralidad que, por cierto, tanto les ha beneficiado como partido.
Como verán, esta disyuntiva es como elegir entre comprarle un buen seguro de gastos médicos mayores a México o serruchar tus propias piernas esperando a que alguien te premie por ello. Una decisión difícil.
@AlonsoTamez