Las cinco potencias poseedoras de armamento nuclear se comprometieron ayer -por nueva ocasión- a evitar la producción de este tipo de armas, y aseguraron que una guerra en la que se utilicen nunca podría ganarse. A pesar del ejemplo en materia de cooperación internacional, India, Pakistán e Israel, países también considerados poseedores de cabezas atómicas, son no firmantes.
En 1970, la incertidumbre que alimentaba la carrera de la guerra fría y la fe de la existencia de armamento nuclear en manos de más de una nación encontró una solución en la diplomacia al firmarse el Tratado sobre la no Proliferación (TNP) al que suscribieron 191 naciones, incluyendo a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China y Francia. Desde entonces, cuatro Estados más se han hecho de armamento nuclear, atizando las preocupaciones de quienes ven acercarse una temida “guerra nuclear”.
Tras esta décima conferencia de examen del Tratado subrayaron su “voluntad de trabajar con todos los Estados para establecer un entorno de seguridad que permita conseguir más progresos en materia de desarme, con el objetivo último de un mundo sin armas nucleares”.
El experto en proliferación armamentística del Centro Político de Seguridad de Ginebra (GCSP), Marc Finaud, opina que la cooperación de los signatarios en este acuerdo intenta calmar las inquietudes acerca de que un movimiento en falso tenga como represalia la detonación de un arma atómica y provoque “un cataclismo”.
Aunque las intenciones sean legítimas, los últimos meses han sido determinantes para que esas inquietudes encuentren respaldo, por ejemplo, en las tensiones entre China y Estados Unidos sobre Taiwán y el Indopacífico; los movimientos militares en Ucrania; las crisis que se gestan en Oriente Medio, y las consecuencias que va sumando la pandemia por Covid-19.
“Quieren decirle al mundo que todas las preocupaciones por el riesgo de una guerra nuclear no tienen fundamento”, subrayó Finaud.
Por otro lado, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, alertaba en diciembre sobre la existencia de más de 13 mil armas en los arsenales del mundo, y se cuestionaba: “¿Cuánto durará nuestra suerte? (…) La destrucción nuclear es una espada de Damocles: bastaría un malentendido o un error de apreciación para provocar no solo el sufrimiento y la muerte a una escala espantosa, sino también el fin de toda vida sobre la Tierra”.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
No pueden exigir más allá del acuerdo: Irán
Irán declaró ayer mismo haber constatado el enfoque “realista” adoptado por los occidentales en las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear en Viena, donde se reanudaron las conversaciones tras una pausa de tres días. “Constatamos el realismo de la parte occidental, que no puede tener exigencias más allá del acuerdo nuclear”, dijo el portavoz del ministerio iraní de Exteriores, Said Khatibzadeh.
“Es demasiado pronto para saber si Estados Unidos y otros tres países europeos han elaborado un orden del día verdadero para comprometerse a levantar las sanciones”, agregó.
Los diálogos se reanudaron en noviembre entre Alemania, Francia, Reino Unido, China, Irán y Rusia. Estados Unidos participa de forma indirecta.
LEG