Diego pidió a los Reyes Magos poder abrazar a su mamá, a quien no visita desde hace más de un año en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla debido a la contingencia sanitaria.
El pequeño de 11 años dijo que en esta ocasión no quiere videojuegos, sino sólo ver a su madre.
Mariana, tía del menor, explicó que desde el inicio de la pandemia de Covid-19, tanto adultos mayores como niños, no pueden acceder a los penales para visitar a sus familiares, pues se trata de una medida para evitar contagios.
TE PUEDE INTERESAR: ¡Les vale la pandemia! Lleno total en la plaza de toros de Chilpancingo
“Hay que reconocer que las autoridades permitieron realizar videollamadas. Para el niño esta situación es un poco reconfortante porque no se siente tan distante de su mamá”, contó la mujer.
Por separado, Maga Gelhorn, integrante de la organización civil Reinserta, dijo que actualmente en Santa Martha residen 31 infantes que viven con sus madres.
“Reinserta hace unos años impulsó la reforma de la ley de ejecución penal, porque no estaba legislada la edad máxima de permanencia en reclusorios. La norma indica que los niños pueden estar en prisión con sus mamás hasta los tres años como máximo, pero como había algunos otros casos de menores que están por cumplir los cinco o seis años y la ley no es retroactiva, este centro tiene algunos niños que son más grandes”.
LEG