Gustavo Rentería
Todo indica que la 4T se llevará cinco de las seis gubernaturas de este año.
La coalición Va por México solamente triunfará con la candidata Tere Jiménez en Aguascalientes. La excoordinadora de los programas sociales (Nora Ruvalcaba) se quedará con las ganas, ya que no la apoyan el Verde y el PT.
La coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-Verde y algunos partidos locales) ganará en Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Marina Vitela, Julio Menchaca, Salomón Jara, Mara Lezama y Américo Villarreal, respectivamente, ya tienen la constancia de mayoría en sus bolsas.
Claro, nada en la vida está asegurado, pero todas las casas de riesgos políticos y empresas serias de demoscopia (encuestas) coinciden: AMLO levantará el brazo con la revocación de mandato, primero, y después con cinco gubernaturas más.
La concentración de poder es el sueño de todo gobernante. Todo Presidente desea mayoría en el Congreso y tener el control de la nación entera. El tabasqueño lo está logrando.
El presidente López Obrador (por la corrupción galopante, la frivolidad, impunidad y por la conexión que logró en sus recorridos ejido por ejido, pueblo por pueblo, municipio por municipio) logró en 2018, lo que se antojaba imposible y parecía desterrado desde 1997 en México: ganar el Ejecutivo y Legislativo.
En 2021, en las elecciones intermedias, logró de nuevo la mayoría suficiente para manejar la chequera (Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación) además de 12 gobernadores.
Tenemos un Presidente con malos números, reprobado en muchas áreas de lo medible (altas tasas de homicidio, extorsión, corrupción, transparencia, robo..), pero con alta popularidad. Así lo comenté en el programa Qué tal Fernanda. En Grupo Imagen, con la muy escuchada licenciada Familiar también expliqué cómo se renuevan los órganos constitucionales autónomos, a propuesta del Presidente en turno, y con la aprobación del aparato legislativo.
Es decir, dije en la radio, que el oriundo de Macuspana llegará a 2024 con el control de todo: 21 entidades, Senado, Cámara de Diputados, INE, Banco de México, Comisión Federal de Competencia Económica, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Fiscalía General de la República, IFT, INEGI, INAI y el Poder Judicial.
La oposición no existe pues.
¿Le conviene a López Obrador tener a una oposición tan débil? ¿Le conviene a AMLO seguir peleándose con pesos minimosca como Alito, Jesús Zambrano y Marko Cortés? La respuesta sencilla y obvia es que sí, pero el “carro completo”, le empezará a estorbar.
En 2024 estarán en juego dos estados eminentemente priistas, el Edomex y Coahuila. Obviamente las quiere jalar el huésped de Palacio Nacional a su molino cuatroteísta, pero ¿le conviene?
La tesis de este reportero es que no. Ya sería mucho. Por eso, esas dos entidades podrían quedarse en manos del Partido Revolucionario Institucional o bien, al menos uno de esos estados. Ese contrapeso lo necesitará, y con Alfredo del Mazo no tiene una bronca personal.
El Presidente mandaría a candidatos perdedores, porque perdiendo gana. En el caso particular del Edomex tiene a una excelente candidata para perder: la maestra Delfina.