Las elecciones del 5 de junio no sólo demostrarán la trayectoria de los candidatos en las seis gubernaturas en juego, sino que pondrán a prueba el prestigio de los partidos políticos que los designaron.

Sabremos en algunos casos qué pesa más si el candidato o el partido y si el rompimiento de algunos militantes con su instituto político deriva en derrota en las urnas.

Así, los procesos internos de elección de candidatos en los partidos exhibieron egoísmos, protagonismos, egocentrismos, ambiciones desmedidas que nunca debieron suceder. Por otra parte, la lucha permanente de sobrevivencia de algunos partidos por competir en una alianza electoral se derrumbó en algunos de los seis estados donde habrá elecciones.

Los partidos que sufrieron la salida de sus militantes fueron Morena, PAN y Verde Ecologista, que al no elegir a quienes se decían triunfadores prefirieron llegar a otro partido para, según ellos, demostrar que tienen las simpatías de la población, pero lo único que demuestran es que no respetan al electoral, carecen de amor a la camiseta y sólo piensan en su propio beneficio.

Un ejemplo de esto fue el de Patricia Flores Elizondo, ex colaboradora de quien fuera presidente, Felipe Calderón. Se integró a Movimiento Ciudadano para competir por la gubernatura de Durango, actualmente en manos del PRI, partido que está en cuarto lugar en las encuestas.

Otra que salió del PAN para ir a Movimiento Ciudadano fue Dulce Alejandra García Morlan, para competir por el Gobierno de Oaxaca. Por otra parte, Laura Fernández Piña, salió del Verde Ecologista y se fue al PRD, para competir por la gubernatura de Quintana Roo.

El ex cantante Francisco Xavier Berganza Escorza, se deslinda de Morena, en Hidalgo, por no haber sido elegido candidato, y se sumó a Movimiento Ciudadano, porque asegura que está seguro que los hidalguenses votarán por él.

En Oaxaca, la renuncia de Susana Harp a Morena causó mucho ruido, porque ella asegura que será la favorita de sus paisanos, porque al ser designado por las encuestas el senador Salomón Jara, ella quedó afuera.

La alianza electoral llamada Va por México, que integran PRI, PAN y PRD también presentaron quejas en Aguascalientes, el Senador Antonio Martín del Campo expresó su desacuerdo con la dirigencia blanquiazul, que eligió a la Diputada María Teresa Jiménez Esquivel como aspirante al Gobierno de este estado. El gobernador de la entidad, Martín Orozco, asegura que fue dedazo de la cúpula panista, encabezada por Marko Cortés.

En Hidalgo, el gobernador priista Omar Fayad, se inconformó por la designación de un panista para la candidatura de la coalición Va por México, a quien le abrió las puertas del PRI, su propio dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas. Pero éste y Fayad se reconciliaron para colocar como abanderada del PRI, a la esposa de Rubén Moreira, actual líder de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, a la diputada Carolina Viggiano Austria, quien fue registrada el 9 de enero, como precandidata para la gubernatura del estado de Hidalgo en representación de esa alianza.

La falta de respeto a los votantes y la adicción por su propia trayectoria hace que militantes de varios partidos muestren más debilidades que fortalezas a la hora de poner su lealtad a prueba.

PEGA Y CORRE.- A diferencia de lo que ocurre en otros países y de los deseos de la oposición, el Banco Mundial prevé que este año se registre un crecimiento de 3 por ciento en México… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

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