Novak Djokovic se entrenó por segunda vez en la sede del Australian Open tras su victoria legal contra su deportación, aunque su participación está pendiente, ya que el gobierno de ese país mantiene una investigación para cancelar su visa nuevamente.
El número uno mundial fue visto calentando en un gimnasio con su entrenador Goran Ivanisevic antes de dirigirse a la zona de los jugadores y dirigirse a la cancha central.
“Vine aquí para jugar en uno de los torneos más importantes que tenemos frente a aficionados maravillosos”, dijo Nole al ser liberado de su cautiverio.
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Sin embargo, la última palabra para que el serbio juegue el primer Grand Slam del año está en manos del ministro de Inmigración australiano, que sopesa cancelar nuevamente su visado, según admitió un portavoz del ministerio.
Un nuevo elemento puede fragilizar la posición del balcánico, que contrariamente a lo que declaró en un documento de viaje, viajó de Serbia a España a finales de diciembre, como lo demuestra diferentes publicaciones y mensajes en las redes sociales.
Según una copia de su declaración, el jugador aseguró que no había viajado ni iba a viajar en los 14 días previos al aterrizaje en Australia el 5 de enero. Pero algunas informaciones sugieren que estuvo en Serbia antes de España.
También existe polémica de que Djokovic dio positivo el 16 de diciembre y se le vio en actos públicos tanto ese día como el siguiente.
ISNER RESPALDA A NOLE
Uno de los que se mostró a favor de la postura del tenista serbio fue el estadounidense John Isner, quien a través de sus redes sociales expresó un mensaje con picante sobre la situación que atraviesa el balcánico.
“Lo único que le queda por hacer es ganar el trofeo nuevamente y salir de esa ciudad para no volver nunca más”, dijo Isner en un tuit.
LEG