Los dos principales colaboradores del opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni fueron añadidos a la lista de “terroristas y extremistas” de las autoridades, un año después del encarcelamiento del activista y del inicio de la represión contra su movimiento.
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A partir de ahora, Ivan Jdanov et Leonid Volkov, ambos exiliados fuera de Rusia, son considerados como “terroristas y extremistas”, según la lista del servicio ruso de inteligencia financiera, Rosfinmonitoring, consultada por la AFP.
“Somos pioneros para este tipo de estupideces”, reaccionó Jdanov en Twitter.
La lista de Rosfinmonitoring incluye a miles de personas, pero también a cientos de organizaciones islamistas, religiosas y ultranacionalistas prohibidas en Rusia. Entre ellas están por ejemplo los talibanes y el grupo yihadista Estado Islámico.
Las entidades y personas designadas sufren el congelamiento de sus cuentas bancarias.
Los dos opositores, de 33 y 41 años, estaban encargados del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) de Navalni y de la red regional de su organización, hasta que éstas fueron prohibidas por la justicia rusa en junio de 2021.
La decisión de la justicia provocó el exilio masivo de los altos cargos de la organización y quienes decidieron quedarse han sido prácticamente todos arrestados.
Desde septiembre, Jdanov y Volkov se encuentran también en el punto de mira de las autoridades en el marco de una investigación por “extremismo”.
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Además, el padre de Jdanov, que permaneció en Rusia, fue detenido en relación con un caso de “fraude”. Según los opositores, esta es una manera de castigar a su hijo.
– Año negro para la oposición –
Alexéi Navalni fue víctima de envenenamiento en agosto de 2020 y acusó al Kremlin de ser responsable de su intoxicación. Fue detenido apenas regresó a Rusia en enero de 2021, tras meses de convalecencia en Alemania.
Rusia nunca ha abierto una investigación sobre el intento de asesinato, afirmando que no hay pistas y que Berlín nunca ha compartido las pruebas médicas sobre el caso de Navalni, el opositor al Kremlin más prominente.
El activista, de 45 años, purga una pena de dos años y medio en una colonia penitenciaria a unos cien kilómetros de Moscú por un caso de fraude, que él califica de “político”.
Pero también está amenazado por una condena por “extremismo”, lo que supondría que tendrá que pasar muchos años en prisión.
A la represión de su movimiento siguió una creciente presión sobre los medios de comunicación críticos con el Kremlin y las ONG, a las que se tildó de “agentes extranjeros”, un estatuto que dificulta su trabajo y los enfrenta a graves problemas legales.
El pasado diciembre por ejemplo, la emblemática ONG Memorial, pilar de la defensa de los derechos humanos en Rusia, fue prohibida en Rusia.
El martes, el escritor satírico Viktor Shenderovich, símbolo de la libertad de expresión antes de la llegada de Vladimir Putin al poder, anunció que había huido de Rusia por miedo a la represión.
La sentencia contra Navalni provocó una ola de condenas internacionales y nuevas sanciones occidentales contra Moscú.
En apoyo, el Parlamento Europeo le concedió en 2021 el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia.
klcg