En Europa, varios países, entre ellos Francia e Italia, están prohibiendo el acceso a transporte público y otros servicios a quienes no se hayan vacunado contra el Covid.

La medida muestra la desesperación de los gobiernos de ambos países por detener el tsunami de contagios de Covid que amenaza no solo con colapsar sus sistemas de salud sino la economía en general.

Ningún país se salva de esta escalada descomunal de contagios; Estados Unidos ha tenido días que superan el millón de contagios diarios, pese a las recomendaciones del Gobierno por usar el cubrebocas y mantener una distancia razonable, ya ni siquiera sana.

En México, bajo el lema presidencial de “prohibido prohibir’’, se ve lejana la posibilidad de que se adopten medidas de coerción para obligar a vacunarse a quienes no lo han hecho.

El Gobierno mexicano ni siquiera ha podido establecer como obligación el uso de cubrebocas gracias al estéril debate, generado desde el púlpito presidencial, sobre la utilidad del mismo, a pesar de que el propio Presidente ha dado positivo en dos ocasiones.

Con contagios que ubican entre los 9 mil y los 10 mil casos diarios en la capital del país, el inútil semáforo se mantiene en verde, como si no pasara nada.

Pero sí está pasando.

La jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, distraída con su propio reflejo, ha relajado las medidas que paliaron las primeras olas de contagios, como el uso obligatorio del cubrebocas en el transporte público, que es el lugar donde mayores contagios se registran, o su sanitización constante.

Los vagones del metro circulan con las ventanas arriba sin que nadie se moleste en bajarlas; hay un descuido criminal en las medidas de prevención u contención de la pandemia.

El pretexto es que la variante Ómicron “no mata, nomás taranta’’, y se presume como un éxito de Gobierno el hecho temporal de que “no se ha incrementado el número de muertos’’ “ni se ocupan las camas de terapia intensiva’’.

Si los países más desarrollados están elaborando un pasaporte Covid para todos sus ciudadanos y para quienes ingresen a sus territorios, ¿cuál es la propuesta de nuestro gobierno para frenar el incremento exponencial de enfermos?

Sin salud no hay economía que avance.

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Esta semana terminará la telenovela en Quintana Roo, sobre las candidaturas a gobernador que presentarán por separado la alianza PAN-PRD, el PRI y Movimiento Ciudadano.

De entrada, parece que se descarta la posibilidad de que la senadora Marybel Villegas Canché vaya por la coalición entre el blanquiazul y el sol azteca; podría ser que fuera por el MC.

Por la alianza se perfila la diputada federal ex Verde Ecologista Laura Fernández, quien estaría disputando la candidatura con el actor Roberto Palazuelos y la senadora Mayuli Latifa Martínez, del PAN.

El PRI, que hizo la mala obra a la alianza, podría poner a quien quiera; ni pinta en las encuestas.

Aunque las campañas de la oposición irán por separado, se podría dar el caso de que a la mitad del camino y de acuerdo con las encuestas del momento, el candidato que vaya abajo declinaría a favor del que lleve la ventaja.

Se va a poner interesante.

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El alcalde de Ecatepec Fernando Vilchis (considerado uno de los más inseguros y violentos del país; el municipio, no el alcalde), presumió la detención por ocho horas de un sujeto que se negó a utilizar el cubrebocas.

¿Cuándo presumirá la reducción de la delincuencia que opera a sus anchas en su territorio?

LEG