Un examen detallado acerca del trauma y el sufrimiento.

Es inicio de año, lo cual significa hablar sobre las ceremonias de premiaciones. Como el año anterior, tenemos ante nosotros otra época extraña, en donde dichas celebraciones se empujan, u ocurren fuera de los ojos del espectador. Tal fue el caso de los Globos de Oro, una de las más importantes competencias en la industria del cine y la televisión, que, debido a controversias acerca de su jurado, prefirió evitar escándalos, ocurriendo tras bambalinas para enumerar a los ganadores.

Su estatuilla a “Mejor Película de Drama” se la llevó, en esta ocasión, “El Poder del Perro”, que también se perfila como una fuerte contendiente a los premios Oscar 2022. La cinta de la aclamada directora Jane Campion trata sobre dos hermanos y otra familia viviendo en el Viejo Oeste, cuyos caminos se entrelazan cuando ellos van a comer al restaurante donde Rose y su hijo Peter residen. Más que una clásica propuesta del género western, donde puede haber mucha acción y duelos épicos entre rivales, aquí la batalla ocurre de formas sutiles, usando el suspenso y el terror psicológico como materias principales. Aquí los momentos brutales se expresan mediante los movimientos de ajedrez de los personajes para hacer sufrir a los otros, y de cómo aquellos encuentros pueden destrozar sus mundos internos.

A través de este duelo de gigantes destacan las interpretaciones de Kirsten Dunst y de Benedict Cumberbatch, quienes inmediatamente cautivan cada que comparten escenas en pantalla.

Además, hay un discurso interesante acerca del trauma, de cómo sus detonadores pueden regresarnos a la oscuridad, y también de lo fuerte que puede ser el abuso, en todos los sentidos. Por tanto, esta es una propuesta cinematográfica cocida a fuego lento, pero con un explosivo final capaz de dejarte helado hasta varios días después.

Esta producción la puedes disfrutar en Netflix.