Los analistas económicos esperan que la inflación general alcance un nivel inferior al registrado al cierre del año pasado. Sin embargo, advierten que el componente subyacente, que hace referencia a los precios de los productos y servicios más estables, seguirá subiendo.
De acuerdo con el consenso entre instituciones bancarias –que incluye las proyecciones de 30 analistas–, anticiparon que habrá un incremento de 6.05%, manteniendo la trayectoria alcista que viene desde hace 14 meses y que ha alcanzado los niveles más altos en más de dos décadas.
En su análisis económico, Banorte atribuye que el índice de precios subyacentes, los ajustes al alza en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), aplicables en los cigarrillos y las bebidas saborizantes, se verían reflejados en el incremento quincenal en el rubro de los alimentos procesados.
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Adicionalmente, apuntaron que las alzas en materias primas, también representarían presiones adicionales para que el rubro de mercancías haya registrado aumentos quincenales en los primeros días de enero.
En el rubro de mercancías no alimenticias, que también forman parte del componente subyacente, el aumento sería modestamente menor a lo usual, debido a que a partir de 2022, los productos de gestión menstrual ya no se les aplican el IVA.
Sin embargo, no sería suficiente para detener la tendencia alcista en el componente subyacente, pues también se prevé que en el rubro de los servicios, que engloba la vivienda y la educación, habrá aumentos los precios por algunos ajustes.
Ante dichas condiciones, Banorte prevé que la trayectoria al alza de la inflación subyacente, se extendería hasta febrero.
En tanto, en el índice de precios no subyacentes, que hace referencia a los bienes y servicios cuyo comportamiento no responden directamente a condiciones de mercado, se estaría esperando un retroceso impulsado por la baja en el gas LP.
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Sin embargo, al interior del componente no subyacente, no descartan un rebote en los precios de las frutas y las verduras, con reporte de incrementos en los limones, las papas, el plátano y la cebolla, pese a las disminuciones en los chiles y los jitomates.
En estimaciones del consenso de analistas económicos, las expectativas de inflación general para los siguientes meses volvieron a ajustarse al alza. Para finales de 2022, los pronósticos de los economistas pasaron de 4.16% a 4.28%, desde su última consulta hace unas dos semanas.
En tanto, las proyecciones para la inflación general anual de 2023, se mantuvieron sin cambios, conservando la estimación de 3.70%.
Con respecto a la inflación subyacente para el cierre de 2022, las previsiones aumentaron, pasando de 4.09% al 4.20%; pero para 2023, disminuyeron, de 3.60% a 3.51%.
Medición subyacente
Para medir un nivel de inflación más estable, se calcula la inflación subyacente que elimina los precios más volátiles de la economía de la canasta del INPC, dejando sólo los productos y servicios más estables.
La inflación Subyacente se define como el incremento de los precios de un subconjunto de bienes y servicios en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cuyos precios no están sujetos a decisiones de carácter administrativo, estacionalidad o alta volatilidad.
LEG