Salvador Guerrero Chiprés

 

@guerrerochipres

 

Uno de los aprendizajes que nos ha dejado la pandemia es la importancia de atender información veraz y confiable, que nos sea útil en la toma de decisiones relacionadas con nuestra salud. Esa misma premisa debe ser ahora atendida ante la polémica relacionada con el agua.

Si la Covid-19 nos trajo el término “infodemia” como el exceso de información que dificulta a las personas acceder a fuentes fiables por estar mezclada con rumores, noticias falsas y tendenciosas, ahora con el agua podríamos estar ante un escenario similar.

El debate se concentra en un supuesto aumento en el cobro bimestral del líquido, enfatizado desde posturas adversariales y en el que se corre el riesgo de mal informar a la ciudadanía.

Hace unos días, en la Gaceta Oficial del Gobierno de la Ciudad de México se publicó la lista de 165 colonias de 8 alcaldías donde la tarifa del agua se incrementará en 35% únicamente cuando el usuario exceda del consumo de 60 mil litros bimestrales.

El ajuste —que no es aumento— será aplicable en Álvaro Obregón, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa, Cuauhtémoc, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo y Tlalpan.

Desde 2020, este esquema ya se aplica en la capital nacional y fue incluido en el Código Financiero como una forma de promover el ahorro de agua, principalmente en época de estiaje y para ayudar a las alcaldías donde se padece desabasto. Hacer comunidad, en pocas palabras.

La Organización Mundial de la Salud establece que una persona necesita de 100 litros de agua diarios para vivir, es decir, 6 mil al bimestre. Si las familias promedio son de cuatro personas, el consumo rondaría los 24 mil litros bimestrales: 36 mil litros menos de los considerados para el cobro extra.

Rebasar el límite podría asociarse con desperdicio. Estadísticas del Sistema de Aguas de la Ciudad de México indican que en algunas zonas se llegan a consumir hasta 360 litros por habitante al día.

Los datos fortalecen la explicación que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, presentó: no es un aumento, sino un ajuste ante consumos excesivos.

En cualquier ciudad o país, resulta natural que pague más quien más consume. No solo en el tema del agua. Es un asunto de equilibrio. El costo del agua no ha variado, pero sí se establecen mecanismos que fomenten el ahorro.

En el mar de información, nadar para encontrar la verificada no es fácil, pero es momento de tener opciones que ayuden a la claridad en redes sociales, mensajería instantánea y ante múltiples voces que llegan sin intermediario, para poner un contrapeso a la infodemia… Que hace agua.