El poeta y tatuador mexicano Fausto Alzati Fernandez (Fausto VI) abandonó la antigua relación de plasmar el verso de un poema en papel pero ahora lo lleva a la piel de las personas ya sea en el brazo, cuello, mano o cualquier parte del cuerpo que el público desee.
La idea de tatuar fragmentos de sus poemarios en la piel surgió porque a Fausto le parecía muy limitado el alcance que iba a tener su libro Acá también tengo cómo quererte si lo publicaba de la manera tradicional por lo que mejor decidió plasmarlo en la piel del público de todas las edades en su estudio privado ubicado en Ciudad de México.
“Como experimento así en plan de ‘a ver qué pasa’, me propuse tatuarlo y para mi sorpresa vinieron 200 personas en total, yo esperaba una respuesta muchísimo menor y se tomaron fotos. Me gusta la idea de tatuar fragmentos de poemas en la piel porque hay un vínculo directo e inmediato con algunos de los lectores y al mismo tiempo se apropian de ella y la obra es compartida de esa manera”, dijo a 24 HORAS el poeta chilango.
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Tanta fue su aceptación que el también autor de Inmanencia viral, Poemas perrones pa’ la raza y Buda, drogas y pop, terminó publicando un libro con las fotografías de las personas que se habían tatuado y sus respectivos poemas en la piel.
“Me intrigó mucho el por qué había tenido esa respuesta, ese auge y me dio la sensación de haber palpado algo vital que estaba sucediendo en torno a los usos del lenguaje y la manera de hacer circular una obra literaria”, agregó Fausto VI.
CAMBIO DE PERCEPCIÓN
Escribir un poema no es tan fácil como pareciera, pues el autor, expresó que para ello se necesita tener una disposición hacia la susceptibilidad, experiencia, y una cierta vulnerabilidad, “como una manera de estar en el mundo”.
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“El uso poético de lenguaje, es decir, a través de romper la sintaxis, las metáforas, o la sinestesia me parece que plantea posibilidades tremendas en torno a cómo reestructuramos nuestra percepción de la realidad y por ende nuestra relación con la misma y eso me interesa, más ahora porque la retórica es un ejercicio tremendamente desgastado y rebuscado, a grandes rasgos, la época a que llamamos la post verdad”, enfatizó.
Con el tiempo se ha ido cambiando la percepción que se tiene de las personas tatuadas, ya no es tanto la idea de que vienen de una prisión o son malas influencias, sino que ahora simplemente es algo que las personas deciden hacerse por gusto en la piel sin importar sus creencias religiosas o profesión.
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“Muy recientemente se ha empezado a desestigmatizar el tatuaje en el imaginario popular e incluso en lo legislativo. También ha mejorado la calidad de los materiales y la higiene, para mis abuelos si alguien tenía un tatuaje era porque era militar o venía de una presión o de un puerto, había muy pocas opciones pero ahora es una tendencia, una moda y se ha vuelto mucho más estético, lo que ha permitido que personas de diseño gráfico o ilustración ahora tatúen, entonces hay una diversidad de obra mucho más amplia y ya es más fácil conseguir los materiales», finalizó Fausto VI.
En su siguiente poemario Episodios trascendentales, que aún falta por concluir, Fausto VI ha tatuado a 40 personas con un verso del libro y si quieres formar parte de esta nueva experiencia puedes agendar una cita con él a través de su Instagram @faustosexto.
Lo que debes saber
Como poeta y artista del tatuaje ha desarrollado su propia personalidad retomando estilos como el Blackwork, el Fineline y el tradicional americano e incluye elementos del arte religioso y el tatuaje criminal ruso, además de mucha literatura. Su estilo personal ha logrado establecer una relación muy íntima entre la poesía y la piel.
LEG