Algunas veces, aquellos que se encuentran en el área artística o de diseño tienen la ilusión de que sus creaciones vayan más allá de quedarse en una repisa de su taller o estudio, que la gente las compre, sin embargo, no poseen la guía para empezar a materializar su creación y convertirla en una marca.
Jacob Pulido, Director de la Incubadora mexicana de moda Fashion Forward, e Israel Macías, Asesor de la misma, platicaron con 24 HORAS, acerca de los retos de pasar de diseñador creativo a emprendedor:
Decisión. La labor de emprendimiento implica comprometerse con la creación, pero, además, con procesos de proveeduría, producción y venta.
“Normalmente (el creativo) trae los sentimientos a flor de piel, […] no tienen esa visión de negocios, tienen visión de diseñador celebridad”, refiere Jacob. “Es un trabajo. No es sólo creatividad.”
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Profesionalización. Una vez decidido a continuar en el camino del emprendimiento, es necesario preguntarse: ¿Cuál es la situación actual del sector? Acercarse con expertos en estudios de mercado especializados en la industria que se busca emprender.
Un error que se comete comúnmente es seguir la misma línea que los demás, “hay una sobresaturación del mercado, todos se quedan en una sola esquina”.
Localización. Una vez que se ha hecho este análisis, es importante conocer la zona en donde se hace el análisis del ecosistema, de acuerdo con eso se tendrá avance cultural para integrarse a esta industria, en el sector de la moda, por ejemplo, dice Jacob: “no va a ser lo mismo la moda elevada y sofisticada en la Ciudad de México, a la moda más veraniega, más clásica y californiana que nos encontramos en Guadalajara”.
En este punto, Jacob hace énfasis en comprender que muchas veces se engloba a México como una sola cultura cuando, en realidad, por su extensión de territorio posee diversidad de culturas.
Provisión. Es importante buscar proveedores del material que necesita el emprendedor y conocer cuáles son las capacidades que tiene la proveeduría.
Israel recomienda revisar con los proveedores antes de comprometerse con un cliente potencial para la venta del producto: “Cada uno de ellos (los proveedores) tiene compromisos previos con otros clientes, tienes que voltear a ver toda tu línea o todo tu canal de producción, comercial para poder vender una marca.”
Paciencia. “En una empresa empiezas a trabajar y a los quince días ya tienes tu primer ingreso, en el emprendimiento no, a los dos años empiezas a tener un retorno de inversión” sentencia Israel. Aclara que esto se da con una buena estrategia.
De acuerdo con las estadísticas que aporta Jacob, “la media es de alrededor de cinco años para consolidar un emprendimiento y que ya empiece a ser rentable.”
Producción. Una vez que se tiene una visión clara del panorama con los puntos anteriores, se debe empezar a armar el proceso de producción. Jacob refiere que en su incubadora “al tercer mes de incubación, tú ya debes de estar produciendo, y al sexto mes ya debe haber un punto de venta físicos, porque es una necesidad básica de cualquier marca de moda en México.
Valor. Es probable que en el camino a que el emprendimiento funcione se acerquen personas que busquen invertir en la marca, al respecto Jacob recomienda: “darle el peso a tu negocio. Quien tiene la idea, tiene el mayor porcentaje del negocio. Creemos que quien tiene el dinero tiene el poder y no.”
Por lo tanto, agrega, es necesario ser consciente que antes de aceptar inversionistas se debe tratar de hacer con lo propio, “si no lo puedes hacer tú con tus propios medios, no lo vas a poder hacer con el dinero de alguien más”.
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Actualización. Es necesario que una vez dentro del emprendimiento, se busquen las preferencias y necesidades de los clientes: Israel señala al respecto “hay quien dice ‘la venta en físico ya no funciona’, eso es mentira, a lo mejor en otros países tienen la cultura de que ya todo se compra en línea, en México no es así, todavía hay muchos que queremos ver, sentirlo, palparlo y a veces compramos hasta por recomendación.
Agrega que las tendencias globales importan, sin embargo “se tiene que ver realmente lo que se está consumiendo en nuestro país, nuestros gustos son completamente diferentes”.
Aprendizaje: Cometer errores también es posible, pero esto debe resignificarse para no verlo como un fracaso, si no en “tratar de entender qué fue lo que sucedió en ese error o en esa situación para poderlo mejorar”.
Satisfacción. Después del esfuerzo es necesario reconocerse el trabajo realizado: Israel comenta, “el éxito de una marca de moda es cuando yo veo a alguien en la calle usando las prendas de mi marca, no sólo a tus amigos o familia”.