Cada vez que los necesita, ahí están los empresarios sentados en las sillas de la mañanera para adornar el discurso propagandístico en turno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y los dirigentes empresariales estarán ahí cuando les llamen, a pesar de que los más radicales tomaron el control de las políticas públicas y ahora solo se escuchan descalificaciones en contra de los emprendedores que ahora claramente son despreciados.

Al principio de este sexenio sí hubo un intento de acercamiento con los empresarios, estuvo a cargo de Alfonso Romo, quien fue jefe de la oficina de la presidencia y quien se asumía como enlace con el sector empresarial.

La realidad es que fracasó en su intento desde antes de que arrancara el sexenio. Fue él quien dijo que sí se llevaría a cabo la culminación del Aeropuerto de Texcoco y a pesar de semejante pifia, se mantuvo en el cargo algunos años más.

Lo que sí logro fue llevarle al presidente Andrés Manuel López Obrador a los representantes del sector empresarial, Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial y Antonio del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, para que se tomaran la foto junto con los flamantes planes de infraestructura de la 4T.

Por allá de octubre del 2020 a los empresarios se les veía desconfiados, pero con alguna esperanza de que ese plan de infraestructura de 297 mil millones de pesos y casi 40 proyectos fuera algo más que una fotografía con el Presidente en un momento de baja popularidad de López Obrador.

Y como no se logró posicionar el mensaje de que la 4T se llevaba muy bien con los empresarios en aquel 2020, un mes después repitieron la dosis de propaganda con un segundo paquete de infraestructura, ahora con 29 proyectos y 228 mil millones de pesos.

Para no entrar mucho en detalle del avance de esas obras prometidas, que se supone estarían en pleno desarrollo en el 2021, basta con preguntar ¿cómo va la construcción del tren México – Querétaro que se incluyó en la fabulosa lista de proyectos presentados en la mañanera?

Todavía por aquellos momentos de la pandemia, al cierre del segundo año de Gobierno, había algunos ilusos integrantes de la representación empresarial que creían que el Gobierno actual era capaz de recapacitar en su mala relación con los empresarios y que, efectivamente, podrían incentivarse las inversiones.

Lo increíble es que hoy, con la contrarreforma energética encima, con el discurso cada vez más radicalizado del Presidente en contra de los empresarios y cualquiera que piense diferente a él, pueda haber dirigentes empresariales que vayan por una nueva versión de los planes de infraestructura de la 4T.

Y pues sí, va de nuevo, a finales de este mes se presenta un nuevo plan de inversiones conjuntas entre los empresarios y el Gobierno para, otra vez, intentar reactivar la economía.

No nos queda más remedio que acudir a la convocatoria presidencial dicen los empresarios que suplican su anonimato ante la realidad que el juego que les plantean es que el Gobierno los invita a invertir con sus reglas, su balón, su cancha, sus goles y sus ganancias. Todo menos un piso parejo para la iniciativa privada. Pero a la foto tendrán que ir y de buenas.

  @campossuarez