Ayer arribaron los Bengals a Los Ángeles, ciudad donde se disputará el Super Bowl XVI, con el objetivo claro ante su rival, el cual estará con la ventaja de jugara en su estadio, pero ante el que darán lo mejor para levantar su primer título.
Los Bengals no habían estado en una situación como la que ahora están viviendo desde 1989, cuando disputaron su segundo y más reciente partido por el título. Lamentablemente para la franquicia de Ohio, nunca han podido levantar el trofeo Vince Lombardi, ya que en ambas oportunidades perdieron frente a los 49’s de San Francisco.
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Por lo que Joe Burrow y su reconocida “mentalidad de acero” deberán hacerse presentes en la oportunidad que tendrán el próximo domingo.
“Me he centrado únicamente en la preparación del juego y en tratar de eliminar tantas distracciones como pueda. Con un Super Bowl en Los Angeles, todo el mundo tiene distracciones y podrías ser arrastrado en diferentes direcciones”, reconoció.
Esta es apenas la segunda ocasión en que un equipo juegue en casa el Super Bowl. El año pasado los Bucs de Tom Brady lograron hacer historia en este ámbito al coronarse en Tampa Bay, sobre los Chiefs.
El equipo de Zach Taylor llega con la motivación de haber eliminado precisamente a los Chiefs en Arrowhead, por lo que saberse no favoritos y jugar con el público en contra no les incomoda. Y por si algo mas faltara, una semana antes en ese mismo concepto derrotaron en Tennessee al sembrado número uno de su conferencia, los Titanes.
“Estamos emocionados de salir y que los fanáticos estén orgullosos”, dijo el quarterback que podría ser el primero en conseguir ganar el Trofeo Heinsman, el Campeonato Nacional Colegial y el Super Bowl.
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