Más allá de triunfalismos irreales y de optimismos por consigna la visión de Monreal es realista, pero no por ello propicia la división al interior de su partido. Esto sucedió cuando el senador zacatecano evaluó la posibilidad de que se deben crear puentes para la aprobación de la reforma eléctrica.
Monreal, reconoció que para aprobar las reformas presidenciales que son prioritarias para este periodo ordinario de sesiones, no alcanzan los votos junto con sus aliados en la Cámara alta, tal vez por ello pudo vérsele comer con los dirigentes nacionales del PAN y del PRD en Michoacán, acompañado también del gobernador morenista de la entidad, Alfredo Ramírez Bedolla, claro, esto para quienes ven la realidad en blanco y negro puede anunciar una traición, pero el liderazgo se distingue por la conciliación y no por el enfrentamiento y Monreal sabe conservar las formas y no se pelea con nadie, y no porque quiera irse a otro partido sino que, como coordinador parlamentario de Morena en el senado, su labor es la de conciliar.
En el senado se han radicalizado tanto las posturas que vemos a senadoras panistas desgañitarse para mostrar que son opositoras, cuando, en realidad, la disidencia política se demuestra en el debate con bases y argumentos sólidos, que son con los que cuenta Monreal para establecer puentes ante la prioridad que es la vigencia de una reforma eléctrica necesaria para los mexicanos.
Propios y extraños le reconocen a Monreal su capacidad de ecuanimidad, no se pelea con nadie, pero tampoco se rinde ante nadie. Mantiene una línea propia, montado en las causas sociales, convencido de su quehacer con sensibilidad y vocación política. Ser disidente no implica negar todo lo que hace el Gobierno, pero pertenecer al partido del Gobierno tampoco significa aceptar todo ciegamente como si se tratara de un dogma de fe. Esto es lo que le ha valido al ex gobernador de Zacatecas mantener una postura independiente pero disciplinada, propia pero, al mismo tiempo, defendiendo los objetivos de su movimiento.
Monreal recordó que se requiere mayoría calificada, por lo que al menos necesita el respaldo de 12 senadores de oposición para completar los sufragios necesarios para avalar las reformas Eléctrica, Político-electoral y de la Guardia Nacional.
Los senadores de Morena y sus aliados suman 76, de los 128 que existen. De tal suerte que hay que cabildear, convencer, negociar, discutir, debatir pero con la altura de legisladores y no con gritos e insultos de quienes todavía no toman en serio la soberanía del Congreso del país.
En lugar de observar los detalles políticos de Ricardo Monreal, la población insiste en ver todo entre buenos y malos, y esta postura radical, no sólo polariza la sociedad, sino que distorsiona la visión. Falta mucho para las elecciones presidenciales y desde la perspectiva del presente se ven algunos políticos, pero en ese lapso de dos años algunos caerán y otros subirán. No es posible adelantar nombres o intenciones. Lo cierto es que cada uno de los funcionarios públicos enunciados trabajan a su modo, en su estilo, con su personalidad y quien destaca por la equidad de sus declaraciones y tranquilidad de sus palabras es Monreal, a quien no pueden arrebatarle esos éxitos que no quieren ver algunos.
Hasta el momento no se ve nadie que le quite a Monreal su derecho a competir, con igualdad de circunstancias, más allá de adhesión incondicional o de rebeldía separatista, está la personalidad política con identidad propia y eso cuenta, y mucho.
PEGA Y CORRE.- Algunas alcaldías panistas quieren distribuir directamente medicinas, cuando se les dio pruebas de Covid para que las aplicaran gratuitamente, las vendieron en 200 pesos…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.