En pleno invierno, Alemania ve cómo se agotan lentamente sus reservas de gas y, con ellas, su margen de negociación respecto al proyecto de gasoducto que tiene con Rusia (Nord Stream II), todo en medio del panorama de tensiones que continúan entre el Kremlin y occidente.
Esta semana, tras la reunión con el primer ministro alemán, Olaf Scholz, el presidente estadounidense Joe Biden aseguró que, si escalan las hostilidades y ocurre una invasión a Ucrania prooccidental, el Nord Stream no seguirá adelante. Pero el premier alemán no expresó la misma seguridad.
Según el Ministerio de Economía y Clima, las reservas de gas alemanas se encuentran entre 35 y 36 por ciento por debajo del nivel crítico del 40 por ciento, lo que no será suficiente para hacer frente a siete días de bajas temperaturas.
Más del 55 por ciento de las importaciones alemanas de gas proceden de Rusia, y el gasoducto está pensado para duplicar los suministros de gas natural entre ambos países, y ahora se ha convertido en una ficha de cambio para occidente en su apuesta por detener a Moscú de invadir Ucrania, lo que complica el panorama. Scholz camina en la cuerda floja entre las expectativas de sus socios occidentales y la dependencia de Alemania del gas ruso.
FRASE
“Hemos estado vigilando y el nivel es realmente preocupante. Las reservas a un nivel de 40 por ciento no permitirán hacer frente ni a siete días de temperaturas glaciares”
Ministerio de Economía
y Clima de Alemania
DEPENDENCIA
55%
del gas alemán importado viene desde Rusia
35%
es el nivel actual de las reservas alemanas
LEG