¿Alguna vez has escuchado de las confusiones en los hospitales? pues Tiffany Mills aún vive las consecuencias de ser víctima de una cuando acudió al medico por una reducción de busto y terminó con ¡implantes, abdominoplastia y una liposucción!
Te podría interesar: Belinda en Netflix se estrena adelanto de «Bienvenidos a Edén»
La mujer de 29 años, acudió a un especialista por recomendación médica de hacerse una disminución de busto e incluso pago por adelantado para llevar a cabo su cirugía.
Finalmente la madre de tres niños entró en noviembre del año pasado a quirófano con la esperanza de aliviar sus dolores de espalda, cuello y hombros pero vivió un tormento.
“Me desperté con el peor dolor absoluto de mi vida”, dijo Mills a Kennedy News, pues despertó para darse cuenta que la operación que le restaría un dolor que la dejaba vivir se había convertido en enormes implantes mamarios, una liposucción y una abdominoplastia.
Te podría interesar: ¡Aww! Corchito: el lomito que acompaña la soledad de los clientes de un bar
Por supuesto que la clínica, ubicada en California, era consciente del error que se acaba de cometer pero en vez de dar soluciones recurrieron a sacar a la mujer del hospital lo más rápido posible y antes de que ella notara todos los cambios en su cuerpo.
“Realmente no me di cuenta de que tenía todas estas incisiones en el estómago hasta unas siete horas después, cuando me desperté en un hotel, (reservado para la recuperación postoperatoria). Ni siquiera me mantuvieron en observación, me sacaron de allí lo más rápido que pudieron”, platicó la víctima.
Mills es enfermera por lo que comenzó a tener conciencia de lo que había sucedido y todos los daños que su cuerpo comenzaba a exponerle a través del dolor pues se trataba de cirugías para las cuales no estaba preparada ni física ni mentalmente.
“Mi pezón derecho se había desprendido de la areola. Era como un enorme agujero negro pero dijeron que era un costra. Sabía que también me pusieron implantes, porque estaban sentados en mi clavícula”, dijo.
Por supuesto la mujer buscó respuestas pero la clínica se negaba a contestar sus llamadas, al otro día, cuando finalmente pudo establecer comunicación el hospital trató de justificar su error pidiendole que no se molestara y lo mirara como “una cirugía gratuita”.
Posteriormente, el sitio admitió que la información de la paciente se había mezclado con las de una joven que tendría su procedimiento al día siguiente.
Tristemente, Mills sigue viviendo las consecuencias de este error, pues estas cirugías no eran aptas para su cuerpo. “No califiqué para la cirugía abdominal, no tenía piel extra para tirar.Me tensaron demasiado la piel, lo que significaba que tenía mucho tejido cicatricial y no podía mantenerme erguida”, expresó.
Dos semanas después de su cirugía tuvo que volver al hospital pues las heridas debajo de su busto se infectaron y se encontraron coágulos de sangre en sus pulmones y piernas, los siguientes dos meses la madre tuvo que estar con antibióticos para aliviar las infecciones.
Ahora su vida se divide en una lucha entre su economía, su cuerpo y su mente pues mientras pelea contra el hospital es consciente de que necesitará una cirugía para corregir todos los daños.
“Me las arreglé para disputar el cargo de la cirugía con mi banco y recuperar el dinero. La clínica está tratando de combatirlo y afirmando que esto es lo que pedí”, concluyó.
GR