Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres

Erradicar la violencia de género y prevenir los riesgos feminicidas requiere la identificación de los responsables de las agresiones y los espacios donde se cometen.

Los datos institucionales y de organismos como el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México ubican con claridad a los hombres como los responsables de los actos violentos, y al espacio privado, principalmente el hogar, como el sitio donde ocurren en su mayoría.

Hoy sabemos, tras dos años de la pandemia de la Covid-19, que ayudó a visibilizar la violencia de género, que 90% de las agresiones son cometidas por varones y en más de un 80% por cónyuges, concubinos, novios o exparejas sentimentales. La amenaza está más cerca de lo que se pensaba y en manos de conocidos de las víctimas.

Este año se han registrado 11 feminicidios en la capital nacional, una cantidad inusual si se toma como referencia la disminución del 30% que había tenido este delito en diciembre del 2021 con relación al 2019. Uno de esos casos refleja la realidad de estos crímenes: Brenda fue asesinada en su departamento en Iztapalapa (un espacio privado) y el padre (persona muy cercana) de uno de sus hijos fue detenido en Veracruz como el principal sospechoso.

Acabar con la impunidad es un compromiso expresado por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ratificado desde la Fiscalía General de Justicia por su titular, Ernestina Godoy, y que se refleja en la ubicación de los responsables de cinco de los 11 feminicidios.

Poner rostro a los agresores, por pequeña que pueda parecer la actitud violentadora —por ejemplo, el control en la forma de vestir, de las amistades o el menosprecio a las actividades de las mujeres—, y exhibirlos y sacarlos de los espacios privados donde violentan, ya sea hogar o trabajo, es central en la prevención del riesgo feminicida.

Los datos del Consejo Ciudadano identifican ese peligro en uno de cada cuatro reportes nacionales que recibe por violencia familiar en su Línea de Seguridad y Chat de Confianza, 55 5533 5533, que en un 85% es de carácter psicológica, seguida de la física con un 72%.

En el combate y la erradicación de las conductas delictivas, la tarea corre en dos pistas. Por un lado, la institucional, con estrategias y programas encaminados a la atención y prevención de la violencia de género y la protección a las víctimas. Y por el otro, la ciudadana, que desde los espacios privados permita a las víctimas contar con redes de apoyo para reportar y denunciar esas violencias.