Los lamentables hechos sucedidos el sábado por la noche en el Estadio Corregidora de Querétaro durante el partido entre Gallos Blancos y Atlas, tiene antecedentes recientes dentro de la Liga MX.
Comenzando por supuesto con los propios entre esta rivalidad que iniciaron en el 2007, cuando los rojinegros fueron quienes derrotaron a los queretanos y eso significó el descenso de los plumíferos, desatando una situación que quedó marcada para la afición negriazul con rencor hacia la atlista.
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Pasando a otros ejemplos con diversos clubes, durante los Cuartos de Final del Apertura 2015 en un clásico tapatío. Atlas fue goleado en casa 4-1 frente a las Chivas, lo que ocasionó que la afición rojinegra reaccionara con violencia por la frustración de ser humillado en la cancha por su acérrimo rival. El Estadio Jalisco resultó vetado un par de encuentros.
En el Apertura 2018 pasó otro lamentable capítulo negro de nuestro futbol. Y de nueva cuenta en un derby, pero ahora el regiomontano. Uno de los tristes primeros escenarios a los que se enfrentó el nuevo Estadio de los Rayados, que se vio involucrado en una batalla campal entre la Adicción, barra del Monterrey, y los Libres y Lokos, la de Tigres.
Enrique Bonilla, presidente en aquel entonces de la Liga MX, decidió que no habría sanciones para los clubes.
Al año siguiente, la Resistencia Albiazul de los Gallos Blancos, ya mostraba alertas de su comportamiento cuando visitaron al Atlético San Luis. Considerado también un clásico por ser equipos de la misma zona de la República y con antecedentes desde que ambos militaban y se enfrentaban en la Segunda División.
Las repercusiones fueron dos encuentros a puerta cerrada para el recinto potosino, además de una multa por poco más de medio millón de pesos. Aunado a ello, para los próximos encuentros entre estos equipos, la barra que le toque jugar de visita ya no podría entrar al recinto.
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Y recientemente fueron de nueva cuenta los potosinos en casa, cuando les tocó recibir a Tigres en el Apertura 2021, la última gran vergonzosa demostración de actos de violencia en un estadio mexicano de futbol, donde al igual de lo demostrado este sábado en Querétaro, el personal de seguridad se vio completamente superado por los barristas asistentes, que hicieron del estacionamiento una zona de batalla.
El castigo fue de nueva cuenta un par de cotejos sin presencia del público y una pequeña sanción que no sobrepasaba los 80 mil pesos para los locales.
Cabe resaltar que así como todas estas penosas situaciones se han hecho presentes en la Liga MX, también persisten las intenciones por desaparecer el polémico grito homofóbico que ha traído importantes castigos desde la FIFA para la Selección Mexicana y sanciones para los clubes.
LEG