La desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo (ETC) representará un nuevo obstáculo para las madres trabajadoras, quienes se valían del programa federal para mantener seguros a sus hijos mientras salían a trabajar.
Lo más probable es que quienes se van a hacer responsables del cuidado de los niños y adolescentes sean las mujeres, dice la coordinadora de datos de la organización “México, ¿cómo vamos?”, Katia Guzmán.
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Esta modalidad extendía la jornada escolar hasta ocho horas, tiempo que se empleaba para reforzar las competencias básicas de los menores y además se les daba de comer. El programa estaba dirigido a combatir la brecha de inequidad en conocimientos y desarrollo de competencias de los niños y adolescentes de los sectores sociales más vulnerables.
Las mujeres dedican 24.1 horas semanales a los cuidados de los integrantes del hogar de 0 a 14 años, en comparación con las 11.5 horas que destinan los varones, de acuerdo con el Inegi.
“El cambio de operaciones de las estancias infantiles y la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo son un error. No existe otra propuesta, no existe otro programa que se encargue o cuyo objetivo sea incentivar la participación económica de las mujeres”, sostiene.
Las estancias infantiles surgieron en 2007 con el objetivo de facilitar el cuidado de menores de cuatro años para mujeres que no tuvieran acceso a guarderías del sistema de seguridad social. Sin embargo, en 2019, el Gobierno cambió las reglas de operación con el argumento de combatir la corrupción, por lo que ya no se entregan recursos a los centros de atención, sino directamente a las madres beneficiarias.
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La eliminación de estas escuelas y las modificaciones en el programa de estancias infantiles son políticas regresivas en términos de género, pues echan para atrás el avance logrado, según Artemisa Montes, investigadora de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.
De las 21.7 millones de mujeres que trabajan, 12.1 millones se emplean en el sector informal, es decir, sin prestaciones ni seguridad social.
Montes enfatizó que los esfuerzos gubernamentales para la inclusión de mujeres en el ámbito laboral no sólo se deben enfocar en la paridad, sino también en la implementación de políticas públicas y presupuestos con perspectiva de género.
De 2010 a 2020 aumentó el número de mujeres reconocidas como jefas de familia, pasando de 25% a 33% del total de los hogares mexicanos encabezados por una figura femenina, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda.
La semana pasada la SEP confirmó que el programa de ETC desaparecerá y que los recursos que recibe se enfocarán en la mejora de infraestructura de escuelas. No obstante, los gobiernos de Puebla, Baja California, Baja California Sur, Guerrero, San Luis Potosí y la Ciudad de México dijeron que buscarán la forma de mantenerlo.
LEG