Pancho Graue

En las dos últimas semanas hemos sido testigos de la invasión de Rusia a Ucrania. Millones de personas han tenido que abandonar sus hogares, dejando atrás familia y amigos. Su vida misma.

El rechazo a las acciones rusas por parte de la comunidad internacional ha sido casi unánime y el aislamiento financiero, cultural, y prácticamente de todo tipo, a Rusia no tiene precedentes. Las consecuencias y efectos colaterales aún son difíciles de prever.

Una invasión es una acción militar o paramilitar de un Gobierno o de alguna organización criminal en contra de un Estado legítimamente constituido con el objetivo de conquistar violentamente su territorio o cambiar el Gobierno establecido.

La reacción y respuestas del Gobierno mexicano ante la agresión de Rusia han sido desconcertantes ¿A qué puede atribuirse esta postura de indefinición? A que el Presidente enfrenta dos problemas internos simultáneos: la guerra desatada al interior de su Gobierno y a la invasión del crimen organizado en el territorio nacional, tolerada con abrazos y balazos.

Desde hace 25 años, hemos tenido una lenta y progresiva invasión de organizaciones criminales en México al amparo de gobiernos encabezados por pésimos presidentes: Fox, ignorante y torpe. Calderón, arrogante e incompetente. Peña, entreguista y frívolo. López Obrador, autoritario e incapaz.

Con datos del Inegi, entre 2000 y 2021 han sido asesinadas en nuestro país 455 mil personas; en los últimos años ha aumentado de forma alarmante la expansión del crimen organizado en todo el país. Su crueldad parece no tener límites.

La capacidad corruptora de estas organizaciones criminales es inmensa -plata o plomo- y es inversamente proporcional a la capacidad del actual Gobierno para enfrentarlos. Ante esta tragedia sistemática se presenta a México como un Estado fallido. ¿Qué significa esto?

Un Estado fallido es aquel que es incapaz de garantizar la seguridad y bienestar de las personas, su patrimonio y su libertad. El señalamiento de Estado fallido descalifica al país en su conjunto y lo nulifica. Es el mayor fracaso institucional al que puede ser expuesto una nación.

No nos engañemos, México no es un Estado fallido, lo que tenemos es un Gobierno fallido, desordenado y distraído en sus pugnas internas y que, además, ha desmantelado a muchas de las instituciones de inteligencia indispensables para frenar el avance de la invasión del crimen contra el Estado mexicano.

La Marina y el Ejército mexicano están desbordados ante la pretensión del Gobierno de que éstos se ocupen de todo tipo de tareas por dispares que éstas sean, mientras que el crimen organizado está concentrado en la extorsión de ciudadanos y gobernantes, en la operación de sus organizaciones criminales y en asesinar a cualquier persona que se resista a sus más mínimos caprichos.

Todos los días soldados y oficiales mexicanos mueren intentando frenar esta invasión. Pero las armas no son suficientes; se necesitan organismos de inteligencia militar y financiera, de procuración efectiva de justicia y de un control absoluto en el tráfico de armas. Si no logramos ganar la estrategia preventiva a estos criminales no tendremos con qué luchar ni posibilidades de ganar esta invasión.

Presidente López Obrador es urgente rescatar la gobernanza de su equipo de colaboradores más cercanos, exija ya la renuncia de todos aquellos que hoy tanto estorban. No sea que en su esfuerzo por preservar a su Gobierno pierda al Estado. Cumpla con su deber. México no le pide nada más.

@Pancho_Graue

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