La insuficiencia del campo mexicano para cubrir la demanda nacional –y que obliga a recurrir a las importaciones– responde a la falta de apoyo por parte del Gobierno federal a los medianos y grandes productores, pues solamente se enfoca en pequeños agricultores con programas que priorizan el asistencialismo más que la productividad, según el director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya Castellanos.
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Pero la problemática se extiende más allá del campo, pues ante la necesidad de cubrir la demanda de granos básicos –como el maíz–, las empresas recurren a importaciones que, en ocasiones en las que los precios son altos, impactan en los costos en la cadena de producción y por consiguiente, también repercute en lo que tienen que pagar los consumidores finales.
En 2021, las importaciones de granos y oleaginosas alcanzaron un récord de 38.7 millones de toneladas, 10.8% más que en 2020, y su valor ascendió a 15 mil millones de dólares, lo que significó un incremento anual de 56.5%, según datos del GCMA.
La producción de maíz alcanzó 27.51 millones de toneladas, pero la demanda se ubicó en 45.27 millones de toneladas. Es decir, se tuvo que recurrir a las importaciones para cubrir el 39.24% de las necesidades del alimento.
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En ese sentido, en 2021 las compras de maíz del exterior también alcanzaron un récord de 18 millones de toneladas, lo que representó un crecimiento de 11.9%, mientras que el valor de esas importaciones fue de 5 mil 052 millones de dólares, equivalente a una expansión anual de 79%.
“Eso lo que ha provocado últimamente, es lo que hemos vivido en el segundo semestre de 2021 y lo que va de enero y febrero: una alta inflación”, señaló Anaya Castellanos.
Anaya Castellanos descartó un desabastecimiento de granos en México por la invasión rusa, ya que el país cuenta con el T-MEC.
LEG