Si la capacidad de AMLO -y de su equipo- para inventarse distractores fuera proporcional a su capacidad -y la de su gabinete- para gobernar correctamente, México sería la envidia del resto del mundo y no el país que a golpe de ocurrencias la 4T va destruyendo. Dos ejemplos:

El lunes 21, el presidente inauguró el AIFA, donde lo más que circulará por sus pistas serán los miles de ciclistas que “fueron invitados” hace una semana a pedalear por ellas. Éstos nunca podrán pagarse un boleto de avión porque sus ingresos no se los permitirán. El bicipuerto 4T. Misión cumplida.

El domingo 20, AMLO anunció la creación del Camino de Benito Juárez que nos permitirá hacer -textual- peregrinaciones cívicas y donde él espera ser el primer peregrino de esta nueva versión del Camino de Santiago en interpretación 4T.

A poco más de la mitad de su mandato, muchos se preguntan -casi con terror- ¿Cuáles serán los próximos pasos de López?

Nuestro presidencial peregrino se encamina a sacar adelante su consulta popular que no es otra cosa que un ensayo partidista disfrazado para ver si funciona la estructura electoral de Morena, su real capacidad de movilización y encaminar las elecciones para gobernadores de junio y de allí a 2024.

Si la guerra entre Julio Scherer, Olga Sánchez Cordero y Alejandro Gertz sigue por su ruta actual –venganza de todos contra todos– López Obrador no tendrá más remedio que prescindir de los valiosísimos servicios de su fiscal general antes de las elecciones de junio.

Pero para nombrar a un sucesor, AMLO tendrá que contar con el aval del Senado. Allí el factor Monreal será todo un tema. ¡San Benito bendito ayúdanos!

Como el país en la versión 4T está en jauja, y la crisis de los precios energéticos existe solo en la mente de los conservadores –ahora además herejes– nada mejor que recetar un subsidio total a las gasolinas. No podemos seguir engañándonos, un subsidio así es endeudamiento público neto.

Lo más absurdo es que éste solo sirve para los mexicanos que tienen auto, a los de a pie, los que de verdad necesitan ayuda, a esos millones de mexicanos en pobreza extrema solo les quedará el consuelo de un peregrinaje al Camino de Benito Juárez. O ni eso.

En este peregrinar morenista hay dos capillitas a la vista: la primera será la elección intermedia en Estados Unidos, donde un fortalecido Biden y Trump -una vez más- pondrán en el centro del debate a México. Es muy probable que para entonces, Marcelo Ebrard haya presentado su renuncia -o haya muerto de coraje- ante las inenarrables intervenciones del Presidente en política exterior. La segunda capillita es algo más compleja: nuestra economía.

Para finales de año el casi nulo crecimiento –o recesión– de la economía nacional se verá reflejado en una importante caída de la recaudación fiscal y, por si fuera poco, los ingresos petroleros se verán devorados por el subsidio a las gasolinas. Las preguntas de rigor son: ¿De dónde y de quiénes piensa el Presidente obtener los ingresos que le harán falta para sus programas sociales y su movimiento?

Los pasos de López no serán fáciles, le queda aún mucho camino por peregrinar y lejos de despejar su camino, se le ve poniendo piedras y obstáculos -reales o distractores intencionales- que están comprometiendo el futuro de México, ese que el Presidente se niega obstinadamente a ver e insiste en su apuesta revisionista del pasado sin importarle nuestro presente y mucho menos el futuro de las generaciones por venir.

Razonemos si votamos en la consulta para Morena o nos abstenemos y les decimos que así no. No con nuestro voto.

@Pancho_Graue

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