Durante la pandemia, los bancos digitales y las fintechs registraron un crecimiento por arriba del 30%, en comparación con la media de las instituciones bancarias que tuvieron un incremento aproximado de 5%.
Como resultado del confinamiento por coronavirus, se observó una aceleración de la digitalización, que también alcanzó al sistema financiero, resultando en un mayor nivel de uso y consumo de servicios financieros por vías digitales.
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Y con ello, los clientes también modificaron sus expectativas respecto a los productos y los servicios que reciben de la industria financiera, en los cuales esperan mayor agilidad y una mejor experiencia como usuario.
Lino Abram, Senior Partner of McKinsey & Company explicó las premisas sobre las cuales se construyeron los servicios financieros tradicionales, están desapareciendo, ya que los principios que permitían los modelos de negocios anteriormente, ya no aplican en la actualidad.
Actualmente, añadió, los factores que importan, y que están ofreciendo las fintechs y los bancos digitales, son la experiencia del consumidor, la eficiencia y la tecnología.
Como parte de la 85 Convención Bancaria, en la conferencia titulada “Tendencias globales de la industria bancaria”, destacó que antes, en la banca, la distribución física de las sucursales era una ventaja competitiva, pero ahora lo que importa son los canales digitales.
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Asimismo, agregó que hace algunos años, la propuesta de valor de los bancos se centraba en las cuentas de cheques y ahorro, pero ahora los usuarios priorizan las experiencias, basada en productos de seguros.
En ese sentido, el también Leader of the Financial Institutions Practice in Latam enfatizó en que la banca tradicional, tiene que “poner al cliente al centro y estar dispuestos a invertir para recablear los procesos, la cultura, la organización y los incentivos que tiene la banca para poder ofrecer una propuesta de valor sostenible que realmente satisfaga las necesidades de los clientes”.
LEO