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Foto: AFP / El gobierno de Nicaragua desconoció a su embajador, argumentando que no estaba debidamente acreditado  

Miles han sido testigos de la represión que imparten los regímenes autoritarios una vez que se establecen en el poder. Ayer, uno de ellos levantó la voz ante el pleno de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y señaló frontalmente a la administración de Daniel Ortega en Nicaragua por ser “una dictadura”.

“No hay partidos políticos independientes ni elecciones creíbles, no existe separación de poderes sino poderes fácticos (…) Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, asestó el embajador nicaragüense, Arturo McFields, durante una sesión del Consejo Permanente de la organización.

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Por la tarde, el gobierno de Nicaragua desconoció a su embajador, argumentando que no estaba debidamente acreditado, y que en realidad su representante es Francisco Campbell Hooker. Sin embargo, en la página oficial de la OEA quien figura como representante permanente es McFields.

El año pasado, Nicaragua anunció la decisión de retirarse de la OEA, luego que el organismo desconociera la elección para un cuarto mandato consecutivo de Ortega, pero el proceso de retiro toma dos años.

“Tengo que hablar, aunque tenga miedo, tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos”, expresó McFields durante su discurso. Su temor no es infundado.

Según cifras que también fueron presentadas ante la OEA, hay al menos 177 presos políticos, incluyendo a quienes representaban una amenaza para la reelección de Ortega, en noviembre de 2021.

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También hay muertos. Más de 350 personas se cuentan entre las víctimas fatales del régimen a raíz de la represión a las protestas de abril de 2018, cuando las reformas al sistema de seguridad social fueron la gota que derramó el vaso y civiles se enfrentaron en las calles contra miembros del Partido Sandinista y las fuerzas del gobierno.

Aún hoy, el Poder Ejecutivo en Nicaragua sigue castigando a quienes participaron en el estallido social de hace cuatro años, orquestando la cancelación de 137 organizaciones y el cierre de 14 universidades, incluyendo la Universidad Politécnica de Managua (UPOLI), donde cientos de estudiantes se atrincheraron durante el levantamiento social que Ortega trató de hacer pasar por “golpe de Estado”.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

FRASE

“Aunque tenga miedo, tengo que hablar. Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”

Arturo McFields
Embajador de Nicaragua ante la OEA

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