barranca
Foto: Arturo Romero / El pedazo de barranca en el que Estela ha cultivado un pequeño huerto era antes una tierra de nadie; al inicio, le tomó tres meses retirar la basura  

La barranca de Barrio Norte, en la alcaldía Álvaro Obregón, muestra a la vista lo que muchas otras similares: la salida de un canal, una presa de aguas podridas y pilas de basura arrojadas por los propios vecinos.

Pero Estela Guadalupe, cuyo rostro está curtido por el Sol de tanto trabajar en el huerto, vio algo más: una oportunidad de sembrar esperanza. Ella ha pasado toda su vida frente a la barranca y, desde que tiene memoria, los vecinos la han usado para tirar sus desechos, a tal punto que la basura le ganó el espacio a la naturaleza, como si ser un vertedero fuera su propósito desde el principio.

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Fue hasta hace dos años, harta de la basura y con una férrea determinación, cuando comenzó a limpiar el sitio con ayuda de su familia.

“Fue bien difícil, porque todo estaba lleno de basura. No se podía pasar”, recuerda con orgullo y un brillo en los ojos, sobre los inicios de aquellos tres meses que duró la limpieza de la basura.

También tuvo que vencer a la pena de ser observada en una labor que ella misma califica como “peligrosa, riesgosa y asquerosa”, pero pudo más su ímpetu por poder sembrar una milpa en el terreno baldío; ya metida en la labor, en ocasiones le dedicó a la limpieza desde las siete de la mañana hasta las 11 de la noche.

Las montañas de basura no fueron su mayor obstáculo, lo más arduo fueron las disputas entre sus vecinos, pues algunos creyeron que limpiaba el terreno para apropiárselo.

Aunque el sueño de Estela es entregar un parque digno para su comunidad, ha tenido que cercarlo, pues algunos vecinos aún arrojan basura y desperdicios para mostrar su inconformidad con lo que está haciendo, una cuestión de malos hábitos fuertemente arraigados.

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Sin embargo, esto no detiene su sueño, y sigue buscando que el jardín que ha dado por llamar “María Félix” crezca y se pueda recuperar el pozo de agua pluvial y convertirlo en una laguna donde se resguarden ajolotes, “porque son una especie mexicana que está en peligro de extinción”.

La tarea aún no termina, por lo que Estela solicita el apoyo de las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) local y de sus propios vecinos, porque “solo si se involucran podrán tener mayor conciencia del reto al que se enfrentan”.

Cabe recordar que actualmente el Gobierno capitalino, a través de la Secretaría de Trabajo local, ha impulsado un programa de empleo temporal para, con la ayuda de los propios vecinos de diversas alcaldías, limpiar las barrancas de la Ciudad de México.

FRASE
“Esto lo ideamos para ofrecerles algo sano. Además de las verduras, que luego reparto cuando están buenas, también hay algunas plantas medicinales”
Estela Guadalupe
Vecina de la AO

 

LEG