Héctor Zagal
(El autor es profesor investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)
El 31 de marzo se celebra el Día del Taco. En lo que hoy llamamos México, se come tacos desde hace cientos de años. No hay nada más mexicano que un taco, ¿no? Pero, ¿saben de dónde viene la palabra ‘taco’? Es de origen incierto, aunque algunos estudiosos del castellano consideran que refiere, originalmente, a un pedazo de madera u otro material, corto y grueso, que se encaja algo. Esto por el sonido ‘¡tac!’ que se produce. El nombre referiría también a un cilindro de trapo, papel, estopa o cosa parecida que se coloca entre la pólvora y el proyectil en algunas armas de fuego, para que el tiro salga con fuerza. Otra teoría se basa en los términos registrados por fray Bernardino de Sahagún, entre los cuales aparece el término “tlahco”, que significa “la mitad de algo” y podría aludir a que se coloca el relleno de un taco a la mitad de la tortilla.
Dejando de lado la etimología, ¿qué hace al taco un taco? ¿Sólo puede hacer de tortillas de maíz? Si es así, dejaríamos fuera a las tortillas de harina. Digamos entonces que los tacos se hacen con tortillas de algún cereal, como el maíz o trigo. Pero, ¿y los tacos de lechuga? ¿O esos son falsos tacos? ¿Las crepas francesas son una suerte de taco? ¿El omelette es una suerte de taco hecho con totilla de huevo? Todo depende de qué tan amplio sea nuestro concepto de taco y de tortilla.
¿Cuál es taco perfecto? Algunos dicen que el taco que cierra no es taco, ¿lo habían escuchado? Otros dicen que el taco más sabroso es el de madrugada, de pie y con mucha salsa. El mejor taco puede ser el primer bocado del día, antes de llegar a la escuela o al trabajo. O qué tal un campechano, para tener lo mejor de dos, tres o hasta cuatro mundos en una tortilla. Cada quien tendrá su taco favorito, pero creo que todos estaremos de acuerdo en que un taco exquisito se prepara con tortillas recién traídas de la tortillería y con un poco de sal.
El taco es posibilidad. La tortilla es un lienzo esperando la inspiración del hambre. Están los tacos clásicos de bistec, de carnitas, de pastor, de barbacoa, de pescado, de camarón, de guisados. Pero también hay tacos de salchicha, de chile relleno, de espagueti. Hay tacos vegetarianos: de papa, de frijoles, de nopales, de aguacate, de flor de Jamaica. Tacos exóticos: de gusanos de maguey, de escamoles, de chapulines, de iguana, de machitos, de criadilla, de moronga, de sesos, de lengua, de tripa. ¡Hay de todo en la taquería de la vida!
¿Les cuento algo? En la Ciudad de México somos amantes de los tacos. ¿Cómo lo sé? Según el INEGI, en la Ciudad de México hay 2 taquerías por kilómetro. Y de las 115 mil taquerías en el país, 18 mil se encuentran en la capital.
Los tacos están presentes en el día a día de los mexicanos, y no sólo como comida. Hay varias expresiones que refieren a los tacos: echarse un taco de ojo (deleitarse la vista), de lengua me como un taco (hablar y prometer mucho, pero de palabras no se vive), echarle mucha crema a los tacos (cuando se presume mucho de algo o se adorna demasiado), en la forma de agarrar el taco se conoce al que es tragón.
Todos tacos merecen cariño; ya sean de guisado, de carnitas, de cochinita pibil, de huevito revuelto con cátsup o de jamón con mayonesa. ¡Vivan los tacos de todos los sabores, tamaños y colores!
Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
@hzagal