La estrella más vieja hasta ahora observada por los humanos fue la fotografía que el telescopio espacial Hubble nos regaló antes de salir de servicio. Se trata de Earendel, un astro a 12 mil 900 millones de años luz de la Tierra, que es por lo menos 50 veces más grande que nuestro Sol, y millones de veces más brillante que él. El avistamiento del Hubble sería su más reciente descubrimiento, luego de 30 años de ser una pieza clave para la investigación del espacio exterior.
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En el pasado, los hallazgos del primer telescopio espacial le permitieron a la humanidad estimar la edad del universo, originado hace unos 13 mil 800 millones de años, lo que coloca a Earendel como la estrella conocida más antigua, formada tan solo 900 años después del Big Bang. El astro que detentaba el récord anterior también había sido observado por Hubble, en 2018, existente en un universo con una antigüedad de 4 mil millones de años.
Para su descubrimiento, Earendel contó con ayuda cósmica: un cúmulo de galaxias ubicado entre la Tierra y la estrella que actuó como una lupa al amplificar la luz del astro.
Esta estrella será un objeto principal de estudio para el nuevo telescopio espacial James Webb, lanzado desde la Guayana Francesa el pasado 25 de diciembre y que actualmente se está calibrando en el espacio, a 1.5 millones de kilómetros de nuestro planeta.
A diferencia del Hubble, que tiene una pequeña capacidad de infrarrojos, James Webb solo operará en estas longitudes de onda, lo que permitirá retroceder aún más en el tiempo, pues puede percibir la luz dentro de un espectro más amplio que su predecesor.
“Al principio casi no lo creíamos”, dijo Brian Welch, el autor principal del estudio, y quien tuvo el privilegio de nombrar la estrella: Earendel significa “estrella de la mañana” en inglés antiguo.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
LEG