@guerrerochipres
¿Cómo es que si critico la supuesta polarización de actores del Gobierno, la utilizo para denostar la posibilidad de influir en el mismo? ¿Cómo es que tiene sentido participar enconadamente para que otros no participen en la consulta del 10 de abril?
Si queremos participar del proceso de construcción de mejores horizontes democráticos, deberíamos ser capaces de ganar el debate en el escenario donde ocurre.
Es aquí donde quien maniobra desde la noción de que no puede ganar a la fuerza predominante, a la cual detesta, decide tácticamente: Hay que derrotar a quien promueve la participación desde un ámbito distinto de la misma. Esto es, fuera de las urnas —diabólicamente contaminadas por los promotores del esfuerzo satanizan y pontifican— en la promoción del abstencionismo y en la interpretación de por qué no saldrá tan bien o porque fracasó.
La apuesta de estos paladines de la contradicción es que falle por números, o al menos en la opinión de la comentocracia, este histórico ejercicio ciudadano.
Y ahí se cae en otra contradicción: quiero, en el discurso, fortalecer la democracia electoral, pero me niego a promover la participación ciudadana en los contornos del fortalecimiento de la misma; en este caso, reconociendo valor a la participación ciudadana.
Ante el hecho de que más de 60% de opiniones favorables acompaña al presidente Andrés Manuel López Obrador, la táctica de los opositores, incluso antes que medir su fuerza real, es llamar a no votar.
Este fin de semana en la Ciudad de México y estados como Jalisco, Nuevo León o Querétaro se realizaron marchas en contra de la Revocación de Mandato y llamaron a no asistir a votar el domingo 10 de abril. No más de dos mil personas en la más grande de ellas. Aun asumiendo que la cantidad no tiene que ver con la verdad del argumento, el tono patronal, grosero y denostado no ayuda a la autoridad de quienes dicen que se requieren argumentos sin ofrecerlos siquiera en suficiencia.
Quienes se sintieron derrotados en las elecciones de junio de 2018 apuestan ahora al fracaso de la Consulta, sin ver en ella la oportunidad de encauzar las diferencias de manera institucional.
No se puede movilizar a las personas con el principio de que los demás no participen, cuando la participación es, por sí misma, un elemento de enriquecimiento de la vida democrática.
Paradójico también que las reglas se apliquen en un sentido; la veda es para la promoción, pero no para la denostación. La invitación que hizo este fin de semana el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se ubica en esta lógica: invitar a votar en un día importante.
La jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, situó a las que llamó campañas negras como obstáculos a la democracia, dado que la empañan. Ojalá que quienes lo hacen repensaran que ese derecho lo podrían usar de mejor manera, si es que existe auténtica noción de enriquecer a la comunidad con la participación ciudadana.