La Asamblea General de la ONU suspendió a Rusia del Consejo de Derechos Humanos.
Foto: Captura de video. La Asamblea General de la ONU suspendió a Rusia del Consejo de Derechos Humanos.  

Rusia fue suspendida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; México se abstuvo de votar.

La mañana de este jueves, la Asamblea General de la ONU votó la resolución impulsada por la representación de Estados Unidos.

La votación fue 93 miembros a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.

Previo a esta votación, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que México votaría en abstención a dicho proyecto, postura que se mantuvo en la ONU.

Por su parte, Ucrania agradece la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Las abstenciones, condenadas por Kiev, no se tomaron en cuenta porque para una suspensión basta con el voto favorable de dos tercios de los países que se pronuncian a favor o en contra.

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Entre los países que votaron en contra figura China, que lo considera una “iniciativa precipitada” que “añade leña al fuego” y un “precedente peligroso”. También se opusieron Irán, Kazajistán, Bolivia y Cuba. Venezuela llamó a votar en contra pero ha perdido su derecho a voto debido a la acumulación de pagos pendientes.

Como era de esperar, Rusia, Bielorrusia y Siria se opusieron a la resolución.

Pese a las presiones en los últimos días de Rusia para que los países votaran en contra, varios estados africanos, como Sudáfrica y Senegal, han optado por abstenerse al considerar que la resolución que suspende a Moscú “prejuzga los resultados de la comisión de investigación” creada en marzo por el Consejo de Derechos Humanos.

Brasil, México e India, actualmente los tres miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, también se abstuvieron.

El embajador brasileño ante la ONU, Ronaldo Costa Filho, dijo: “Brasil ha decidido abstenerse en la votación de hoy porque cree que se debe permitir que la comisión de investigación complete su investigación independiente para que se puedan determinar las responsabilidades”.

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Añadió que su país, “profundamente preocupado” por las supuestas violaciones de derechos humanos en Ucrania, está “totalmente comprometido en encontrar vías para un cese inmediato de las hostilidades y promover un diálogo real que conduzca a una solución pacífica y sostenible”.

Con la puesta en marcha de su “misión especial” en territorio ucraniano, los países occidentales no titubearon al imponer, uno tras otro, paquetes de sanciones para frenar la guerra del Kremlin, pero no fue sino hasta los hallazgos del fin de semana pasado que la indignación general rebasó la mesura de quienes se oponen a la guerra.

“Rusia no debería tener una posición de autoridad en un organismo cuyo propósito mismo es promover el respeto por los Derechos Humanos. No solo es el colmo de la hipocresía, es peligroso”, dijo la embajadora de Estados Unidos para las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, al defender la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos del organismo.

El 2 de abril, la entrada de las fuerzas ucranianas a la localidad de Bucha, a las afueras de Kiev, tras la salida del ejército ruso, fue testigo de las más de 400 víctimas civiles con claros signos de tortura que fueron dejadas en plena calle. El suceso fue registrado y difundido en redes sociales. Los gobiernos condenaron los “crímenes de lesa humanidad” presuntamente cometidos por la avanzada de Moscú, mientras que Vladímir Putin decidió culpar a los medios de comunicación por ser parte de un acto que solo buscaba justificar las nuevas sanciones que le serían impuestas.

La propuesta de expulsión fue presentada por la representación estadounidense que ya contaba con el apoyo de otros miembros. El texto recordaba al organismo que “la Asamblea General puede suspender los derechos de membresía de un integrante del Consejo de Derechos Humanos que cometa violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos”.

 

LV