La carrera de los futbolistas puede ser tan larga y exitosa dependiendo de su desempeño, pero hay casos como el de Julio la «Momia» Gómez que puede ser tan efímera por la indisciplina.
Julio la «Momia» Gómez se ganó su apodo por la lesión en la frente que sufrió en el partido contra Alemania en semifinales del Mundial sub-17.
Julio se abrió la frente tras el choque de cabeza que tuvo con un rival lo que provocó que los médicos lo vendaran abundantemente para detener la sangre que emanó de la herida.
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Aquel duelo fue emblemático no solo para los aficionados sino para la propia «Momia», pues su gol de chilena representó la victoria de 3-2 contra los alemanes y así acceder a la final.
El joven exjugador -surgido en la fuerzas básicas de Pachuca– saltó a los reflectores de los medios deportivos nacionales y se le consideró una promesa del futbol mexicano.
Sin embargo no fue así, después del Mundial. Gómez se vino abajo su desempeño por indisciplina, reconocido por el propio Julio en diversas entrevistas.
La «Momia» dejó al Pachuca para pasar a equipos como Chivas (Liga MX), Coras, Correcaminos, Cafetaleros, Jaguares, Zacatepec, Cruz Azul Hidalgo (Liga de Ascenso) y Loros y San José (Liga del Balompié Mexicano).
Pero en todos los equipos pasó sin pena ni gloria.
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Julio decidió dejar el futbol ya que ningún otro club le ofreció trabajo; la «Momia» se fue a Texas, EU, para trabajar como albañil.
Sin embargo Julio regresó al futbol en una liga amateur de EU con el equipo del Chapecoense con el cual quedó campeón; la hazaña se compartió en las redes sociales.
En febrero también fue campeón en la misma liga pero con otro equipo llamado Juventus.
LEO
