Es muy difícil encontrar el momento en el que el actual régimen de Andrés Manuel López Obrador se saltó el primer ordenamiento legal. Puede ser en algún punto muy cercano al día mismo de la toma de posesión.

O incluso antes, cuando montaron una supuesta consulta popular para imponer la decisión del propio López Obrador de terminar con la construcción del Nuevo Aeropuerto de México en Texcoco.

Es un hecho que con todo el poder presidencial este régimen ha decidido quitar de su camino cualquier institución o disposición legal que estorbe en el objetivo de imponer esa visión personalísima del Presidente a la que, en términos propagandísticos, le llaman la Cuarta Transformación.

Y cuando el poder presidencial ya no alcanza, porque se atraviesa la competencia de otro poder o de algún órgano autónomo es cuando se eleva la apuesta hacia la radicalización y el ataque a las instituciones.

La falta de resultados, que ha decepcionado a muchos de los seguidores de este régimen, empeora esa determinación de elevar la apuesta de radicalizar las formas de la 4T.

Una muy importante llamada de atención para el régimen llegó con los resultados electorales de las pasadas elecciones federales, en especial en la capital del país, donde la derrota de Morena implicó ponerle un punto final al estilo de la jefatura de Gobierno que intentaba Claudia Sheinbaum para hacerla regente de una sucursal de las formas de Palacio.

Y ahora la consulta de la llamada revocación de mandato ha quitado la careta al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien dejó su breve labor de interlocución con los actores políticos opositores para convertirse en el jefe de campaña de López Obrador, por ahora, de la consulta del domingo, pero previsiblemente de la elección del 2024.

Descararse como lo han hecho, con el uso de aviones militares para hacer mítines de Morena, como los del fin de semana pasado por parte de López Hernández, o lo que sucedió la tarde de ayer en el monumento a la Revolución, con Claudia Sheinbaum en primera fila, son retos abiertos directos a la legalidad y a las instituciones.

Pero ellos saben muy bien que pueden pasar por encima de las leyes, porque es el ejemplo que reciben cada mañana desde las conferencias presidenciales y porque saben que no tiene ninguna consecuencia.

El marcado giro a la radicalización de la gente del Presidente que se da con la consulta del domingo no se detendrá con los resultados de la consulta. Al contrario, es el banderazo de salida para arrancar formalmente la campaña de intentar eternizar a la 4T, con o sin López Obrador al frente, pero sí con todo el uso del Estado para ello.

Ya lo veremos durante la Semana Santa, va a ser todo, menos un tiempo de reflexión y reconciliación. Desde la mañana misma del lunes arrancará, con todo, una campaña de desprestigio total al Instituto Nacional Electoral.

No se ve nada fácil lo que viene con un poder Ejecutivo totalmente dedicado a su movimiento y a su eternización.

 

@campossuarez