Las elecciones presidenciales en Francia están a la vuelta de la esquina. Este domingo, una docena de candidatos se enfrentarán por la posibilidad de quedar al frente de uno de los principales países dentro de la Unión Europea.
Casi 50 millones de ciudadanos están llamados a participar y, aunque las encuestas estiman que la abstención superará 30% del padrón, la guerra en Ucrania podría ser la que decida quién gobernará la nación gala durante los próximos 5 años.
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La intención de voto para el actual mandatario francés ronda 27%, según los últimos sondeos, mientras que su principal opositora y candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, se sitúa apenas seis puntos por debajo (21%), según la casa nsppolls.
El actual presidente se ha enfocado en dar continuidad a los proyectos de su gestión, incluyendo aquellos que se vieron frenados por la llegada de la pandemia -como el polémico aumento de la edad para la jubilación-, además de priorizar la seguridad nacional y la transición energética para un consumo más “verde”. Son estos últimos dos puntos los que entran en sintonía con el contexto de la guerra amenazando a la Unión Europea y los efectos de las sanciones contra los energéticos rusos.
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“El conflicto favorece a Macron. Él es quien ahora tiene el Poder Ejecutivo, y su capacidad para mantener el diálogo con Vladímir Putin le da relevancia política ante Europa, además de ponerlo a la cabeza de las preferencias electorales en Francia”, explica el doctor en Sociología y profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Carlos Eduardo Ballesteros.
“Le Pen ha procurado un discurso de simpatía con Ucrania para recuperar terreno perdido por su cercanía con la imagen de Putin, además de ser una líder que mantiene su capacidad de competencia tras varias elecciones”, continúa el académico, quien profundiza en el perfil que la candidata presentó para esta campaña, haciendo críticas a la política migratoria actual, posicionándose en contra del islamismo, y blandiendo un discurso antieuropeísta, que confronta al de su principal rival en la contienda.
Ballesteros habla sobre el “efecto bandera” fenómeno que en tiempos de guerra ha provocado que los electores cierren filas en torno al líder nacional, en este caso, Emmanuel Macron, que también ha utilizado el conflicto como plataforma para recuperar la confianza de los inconformes con su gestión.
En Francia, el descontento social que estalló en 2018 con el movimiento de los “chalecos amarillos” sólo se vio interrumpido por una crisis sanitaria que durante dos años golpeó la economía mundial. Hay que sumar las denuncias por su mala gestión de la emergencia y el fracaso de la diplomacia para atender el conflicto en Ucrania.
“Es muy interesante ver cómo las lideresas y líderes políticos aprovechan estas coyunturas en su beneficio. Se aprovechan del miedo y el desconcierto de la población por una guerra. Lo primero que hace un mandatario en esas circunstancias es recurrir a discursos nacionalistas, prometiendo la salvaguarda del territorio”, analiza el doctor en Derecho e internacionalista, José Joel Peña Llanes.
El desempleo provocado por la recesión, el descontento por los flujos migratorios provenientes de Argelia, Marruecos y Portugal y urgentes soluciones en materia de seguridad que atajen por un lado los atentados terroristas y por otro la amenaza de la guerra, son los temas que, agrega Peña Llanes, mantendrán ocupadas las manos de la candidata o candidato que gane la presidencia de Francia.
PERFILES
Emmanuel Macron
Presidente y candidato de centro
De 44 años, es el actual presidente tras la victoria de 2017. El descontento social de 2018 y la pandemia han marcado su administración, pero la guerra en Ucrania lo puso por adelante en encuestas.
Marine Le Pen
Candidata de extrema derecha
De 53 años, es la principal oponente del actual mandatario, y se presenta por tercera vez a las presidenciales francesas. Su afinidad con el ruso, Vladímir Putin, le restó simpatías en los sondeos.
Jean-Luc Melenchon
Candidato de extrema izquierda
Con 70 años, es el candidato más fuerte de la izquierda. Al contrario de sus homólogos de centro y derecha, propone reducir la edad de jubilación y la reducción de los poderes presidenciales.
LEG