No se gastó en medicinas, no en subsidios, tampoco en infraestructura, mucho menos en hospitales, sino que más de mil 692 millones de pesos fueron a dar directito a donde menos lo necesitábamos los mexicanos: a un concurso de popularidad a petición del Presidente, a la Consulta de Revocación de Mandato.

¿Era necesario? Por supuesto que no, para empezar, el artículo 35 de la Constitución marca que la Consulta de Revocación de Mandato debe ser solicitada por los ciudadanos, cosa que nunca pasó, más bien, fue un capricho y petición del señor Presidente y para cumplirlo Morena y el propio Gobierno echó a andar la “maquinita de los sueños”, donde miles de servidores de la nación y simpatizantes trabajaron para conseguir más de 2 millones 845 mil firmas para cumplir con los requisitos de su realización.

Para validar el capricho de la innecesaria consulta, se movilizaron funcionarios públicos de todos niveles, vimos en operación hormiga a miles de colaboradores del Gobierno con su característico chaleco color vino repartiendo propaganda por todo el país, pero la acción fue tan contundente que ésta escaló a funcionarios de gabinete, el detalle está en que de acuerdo al mismo artículo constitucional el uso de recursos públicos para promocionar esta consulta está prohibido, artículo que fue violado a los ojos de todos.

Vimos incluso espectaculares en carreteras y en principales vías de comunicación, pero ahí no paró, hubo quien se atrevió a torcer más la cosa, como Napito, el millonario senador de Morena que se colgó de la consulta para golpear a empresarios.

Napoleón Gómez Urrutia quien se ha pasado por el “arco del triunfo” la ley, al ignorar cuatro laudos emitidos por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, que le ordenan regresar 55 millones de dólares que le robó a los mineros de Cananea, se atrevió con esa misma autoridad y ética a instar a los trabajadores que laboraron el domingo, día de la consulta, a denunciar a sus patrones si es que no les daban el día libre para ir a votar.

Sin duda, el voto es un derecho de todos los mexicanos y debe respetarse pero otra cosa es alguien que le robó a sus sindicalizados, que se enriquece y vive como rey de las cuotas sindicales, que engañó y se burló de todos los mexicanos al no renunciar a su nacionalidad canadiense y ocupar el puesto de senador, se rasgue las vestiduras y exija como nunca el respeto a los derechos laborales, nadie se la compra, como decíamos de chiquillos: “Mejor que nos cuente una de vaqueros”. Que regrese los 55 millones que se robó y, quizá, luego su palabra dejará de ser un chiste.

Los líderes sindicales debemos promover las soluciones a conflictos mediante el diálogo y entendimiento, debemos cuidar el empleo de nuestros agremiados ya que de ahí comen nuestras familias y no como Napito lo hace, incitando al pleito, a la confrontación a vulnerar la conservación de las plazas como método unilateral de solución.

Decimos que es una consulta y un capricho innecesario, ya que también sabemos que el resultado no significará nada más que el poder medir el apoyo con el que cuenta el Presidente en votantes, la realidad es que al ser el primer mandatario aceptó y se comprometió a ocupar el cargo por seis años, ni un día más, ni un día menos.

El interés del Gobierno debiera estar no en los termómetros electorales, sino en empeñarse en cumplir todo lo prometido en campaña, por ejemplo, el bajar el precio de la gasolina o bien hacer crecer la economía. 

 

   @CarlosPavonC