Hace cuatro años, la cadena de comida rápida KFC escribió en su cuenta de Twitter canadiense que permitía los pagos con bitcoin.
La empresa explicó que la campaña publicitaria era una broma que duró una hora, y que no recibió ni un solo pago en criptomonedas, pero aún así, hay artículos en la red que afirman que la empresa “acepta” bitcoins.
Compañías como Tesla y Dell propusieron vender sus productos en bitcoin, pero acabaron renunciando discretamente a estas iniciativas.
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Es posible que el bitcoin no llegue a usarse para las compras diarias porque es un activo particularmente volátil, en el que cada transición es cara, lleva por lo menos media hora para que sea tratada y es un enorme consumidor de energía.
“Nadie va a entrar en un KFC para comprar una hamburguesa de pollo y tener que esperar 30 minutos para pagarla”, dice Andre Cronje, analista y desarrollador sudafricano.
Sin embargo, hay miles de criptomonedas más estables que el bitcoin, con tiempos de ejecución más cortos para los pagos.
El valor total de los activos en criptomonedas es superior a 2 billones de dólares, la mitad en bitcoin, según la página web especializada CoinMarketCap.
Desarrolladores como Cronje se dedican a construir una infraestructura para facilitar los pagos con este tipo de monedas, pero para ello es crucial que lleguen al gran público. Por su parte, las empresas todavía no han encontrado la fórmula ideal.
“Carrera de caballos”
Una de las grandes empresas que se lanzaron con prudencia sobre el terreno de las criptomonedas es Microsoft, pero el imperio tecnológico estadounidense insiste en que sus accionistas nunca estarán expuestos a la fluctuación de las divisas digitales. PayPal y Apple hicieron promesas similares.
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Microsoft se asoció con Bakkt, un servicio que permite convertir las criptomonedas en productos como tarjetas de regalo Xbox o añadir crédito en una tarjeta de pago Starbucks.
Con el apoyo del fondo de inversiones M12 de Microsoft, Bakkt entró en el Bolsa de Nueva York el año pasado, y se asoció a otras empresas como Mastercard, lo que le hizo subir en bolsa. Sin embargo, tras anunciar importantes pérdidas, Bakkt vio cómo el valor de sus acciones bajaba, lo que creó dudas sobre la viabilidad de su modelo. La empresa, que buscaba conseguir 9 millones de clientes a finales de 2021, se quedó en 1.7 millones.
PayPal propuso desde el año pasado en Estados Unidos y el Reino Unido un sistema para pagar en criptomonedas sus compras, convirtiendo directamente esos activos en dólares o libras.
Todavía es difícil medir la popularidad del servicio, y de iniciativas similares, ninguna de las empresas solicitadas quiso responder a las preguntas de AFP. Analistas consideran que aún es pronto para decir si estos proyectos son rentables.
“Mi postura es que no hay que ceder al entusiasmo, y observar la carrera de caballos”, explica John Freeman, analista de CFRA Research.
Hay numerosos obstáculos que hacen que el pago de productos de consumo corriente con criptomonedas sea casi inimaginable.
El desarrollador Cronje, que usa servicios como BitPay y BitRefill para sus pagos con criptomonedas en Amazon, Uber y otras compañías, visualiza el futuro como un lugar donde las tarjetas de crédito seguirán usándose, pero donde también habrá muchas transacciones bancarias automatizadas gracias al blockchain, un conjunto de tecnologías que permiten la transferencia de un valor o activo de un lugar a otro sin intervención de terceros.
LEG