Migrantes latinoamericanos esperan y continuarán aguardando en Tijuana, Baja California, una oportunidad para cruzar a Estados Unidos, mientras observan el paso masivo de ucranianos que son recibidos de otro lado del río Bravo.
“¿Por qué nosotros siendo vecinos de Estados Unidos no se nos da esa oportunidad de buscar asilo? Nosotros vinimos huyendo casi de lo mismo”, cuestiona L., un mexicano de 44 años refiriéndose al permiso humanitario concedido a los refugiados ucranianos para ingresar en territorio estadounidense.
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Debido a la guerra en su país, los ucranianos tienen un permiso humanitario especial para entrar a Estados Unidos. Washington anunció que planea recibir hasta 100 mil refugiados de ese país, debido al conflicto bélico que enfrentan contra Rusia.
Desde que comenzó la guerra, miles de ucranianos han llegado por tren u avión a Tijuana para cruzar la frontera terrestre hacia Estados Unidos, país al cual no vuelan directamente por necesitar una visa.
La masiva red de voluntarios ucranianos que se instaló en Tijuana y en su vecina estadounidense San Isidro afirma que, en promedio, los recién llegados esperan entre dos y tres días antes de atravesar la entrada oeste, disponible sólo para ellos.
Hay dos refugios, uno para ucranianos y otro para centroamericanos y el ambiente es distinto en ambos. En el Movimiento Juventud 2000, se respira tristeza y frustración, mientras que en el Benito Juárez, se siente alivio y esperanza del sueño americano para los ucranianos.
LEG