Debido al conflicto bélico en Ucrania, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó a la baja sus perspectivas económicas mundiales, pasando de 4.4% –desde sus estimaciones de enero pasado– a 3.6% para 2022; y de 3.8% a 3.6% para 2023.
La revisión a la baja de las proyecciones del organismo internacional, aplicó a nivel mundial, a economías avanzadas, así como emergentes y en desarrollo.
En el caso de México, los cálculos prevén un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2.0% y ya no de 2.8% como se tenía proyectado a inicios de año para 2022; y 2.5%, desde el 2.7% estimado para 2023.
El FMI sostiene que el daño económico causado por la guerra en Ucrania contribuirá a una desaceleración significativa del crecimiento mundial, además de que ampliará los niveles de inflación para 2022.
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Pierre-Olivier Gourinchas, Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI, apuntó que la tensión geopolítica en Europa del Este que ha mermado las proyecciones económicas, sucede cuando la economía mundial aún no se ha recuperado completamente del impacto de la pandemia.
Aunado a lo anterior, señaló que la inflación continúa al alza por los desequilibrios entre la oferta y la demanda; además de que persiste la amenaza de irrupciones en las cadenas mundiales de abastecimiento por los recientes confinamientos en China por el brote de Covid en dicha región.
En el caso particular de los elevados niveles de inflación, el FMI advierte que complicará la disyuntiva que enfrentan los bancos centrales entre contener las presiones de precios y proteger el crecimiento.
En ese sentido, adelantan que se puede esperar que las tasas de interés aumentarán a medida que los bancos centrales endurezcan su política, lo cual, podría generar presiones para las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
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“En general, los riesgos económicos han aumentado de forma acentuada, y las disyuntivas para las políticas se han tornado aún más complejas”, puntualizó el FMI.
LV