Analistas observan riesgos si se elimina la vigilancia de los contenidos
Foto: Especial | La promesa de Musk de no intervenir en el contenido es particularmente espinosa  

La promesa de Elon Musk de permitir que cualquiera diga lo que quiera en Twitter podría poner la responsabilidad de combatir el acoso y la desinformación en los usuarios, dicen expertos.

La privatización de Twitter con Musk como su dueño ha elevado las preocupaciones de analistas y activistas de que el sitio será regido caprichosamente por el hombre más rico del mundo, con más enfoque en la atención y la rentabilidad que en promover conversaciones digitales sanas.

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Para la profesora asistente de derecho de la comunicación en la Universidad Syracuse, Kyla Garrett-Wagner, la adquisición de Musk no es una victoria de la libertad de expresión.

“Lo que hemos hecho es poner aún más poder en pocas manos. Si Elon Musk mañana decide que quiere cerrar Twitter por una semana, podrá hacerlo”, consideró.

“LOS TROLLS ROMAN EL CONTROL”

La promesa de Musk de no intervenir en el contenido es particularmente espinosa cuando se trata de casos ampliamente conocidos como el del expresidente Donald Trump, quien fue vetado de Twitter tras el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores.

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“Musk dice que convertirá a Twitter en una red social sin moderaciones; ha habido muchas de ellas y no han funcionado. Los trolls toman el control, se vuelven demasiado hostiles y apartan a la gente de la plataforma”, dice el analista Rob Enderle.

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