Nuestro niño interior representa la parte de nosotros mismos que guarda intacta las experiencias buenas o malas que vivimos entre los tres y los cinco años de edad. Esas que regulan nuestro día a día, desde lo más profundo del inconsciente, lo que ocurre naturalmente y de manera invisible.
“Cuando se acerca el Día del Niño es cuando nos acordamos de nosotros mismos, es cuando nos preguntamos qué fue de nuestra infancia, qué fue eso que nos faltó experimentar; de adultos simplementes nos inhibimos si me divierto o simplemente nos acordamos de nuestros gustos culposos que nos damos ahora, como por ejemplo, el coleccionar Barbie’s o Legos, para admirarlos en toda su belleza o esplendor, mismo del que no pudimos disfrutar cuando éramos pequeños porque nuestros padres no tuvieron la oportunidad de dárnoslos”, dijo a 24 HORAS, Alondra Morales Santiago, Life coach laboral y de vida.
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Si volvieras a ser niño ¿Qué harías? ¿Cuál era tu juego favorito? Es lindo recordar el pasado, pero ¿en verdad estás conectado con tu niño interior?
“Ya de adultos hay muchas cosas que decidimos no hacer pensando en que se van a burlar de nosotros. Sin embargo, cuando llegamos a esta etapa hay veces en las que el niño interior se asoma y lo hace continuamente provocando ciertos conflictos, pero tratamos de evitarlo, de no hacerle caso, incluso lo hace en esos instantes en los que estamos con la pareja, con los amigos, con la familia o hasta en situaciones laborales.
“Y esto en algunos casos pasa con los adultos que tienen la herida del abandono y buscan la aprobación del jefe por esa necesidad del reconocimiento que no recibieron del papá o de la mamá, así que esas cosas que experimentamos cuando infantes son las que rigen nuestra vida de adultos”, añadió la especialista.
SOMOS EL ORIGEN Y LA CAUSA DE TODO
La CEO de CIEvoluciona: Centro de Bienestar Integral, considera que para traer de vuelta a ese niño interior es algo muy sencillo pero que tiene que ver con uno mismo como persona si es que está dispuesto a hacerlo.
“Para ello necesitamos saber cuál es esa herida que está guiando nuestra vida porque de ahí derivan las decisiones importantes que tomemos en todos los aspectos personales, pero eso se debe a que muy inconscientemente tú las eliges, así que cuando no se tienes idea de eso a veces, sin querer, repites patrones y luego nos victimizamos diciendo ‘no sé qué hice para merecer esto’, pero eso solo es lo que tú generas, lo que te vibra por tu desarrollo familiar, eso fue lo que aprendiste y de esta forma tendrás una buena relación o una relación tóxica”, añadió.
Sin embargo, lo difícil para todos es encontrar y ser consciente de la herida que cada uno carga como ser humano y que se concentran en cinco temas en específico: la humillación, el abandono, la injusticia, la traición y el rechazo.
“Pero para encontrar esa herida para transformar tu vida es necesaria la introspección; como terapeutas recomendamos que siempre cargues con una foto de la infancia para que en cada momento que nos hagamos daño platicarle, consolarlo, convencernos de que vamos a ser ese adulto que nos hizo falta de pequeños, pero insisto, debemos estar convencidos de que queremos reconectarnos con ese niño, porque sino es así, por más terapias que uno tome, no vamos a lograr nada positivo.
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“Somos el origen y la causa de todo, así que entender que el recibir ayuda no quiere decir que estemos mal psicológicamente, al final lo que funciona es el autoconocimiento para que nuestros hijos no repitan los patrones que nosotros seguimos”, finalizó la especialista Valeria Morales Santiago.
CITA
“Si hay algo que es seguro y que todos los niños necesitan es amor. Aprende a abrazar a tu niño interior, déjalo expresarse libremente, cuídalo, protégelo y mímalo, pues es quizá el mejor vehículo para sentirte pleno, seguro y feliz”
Alondra Morales Santiago, coach de vida.
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