albañiles santa cruz
Foto: Cuartoscuro / Ayer, en el Día de la Santa Cruz, en diversas obras de la ciudad se vieron las cruces de madera con flores y listones de colores. Hubo misas y convivios con cervezas y pulque  

Los albañiles celebraron su día como debe ser: trabajando. Entre la grava, la mezcla, el colado, la arena, la pala y la cuchara, los trabajadores de la construcción “no se achicopalan” a pesar de lo ruda de su labor y de las carencias sociales que padecen.

Al festejar ayer el Día de la Santa Cruz, los albañiles se dieron tiempo para convivir con sus compañeros, y agradecer porque tienen trabajo y salud tras dos años de pandemia de Covid-19.

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En diversas obras de la ciudad se vieron los adornos de cruces de madera con flores y listones de colores. Hubo misas para bendecir las construcciones y convivios en los que las cervezas y el pulque no podían faltar.

“En las grandes obras preguntan el nombre de los arquitectos, de los ingenieros, sin pensar que los que nos llevamos la parte más difícil del trabajo somos nosotros los albañiles; aun así me gusta mi trabajo. Pertenezco a la generación que no tiene miedo de ensuciarse las manos”, dijo Irving Santiago, quien tiene 32 años y es albañil desde los 15.

Tras una infancia de limitaciones, Irving tuvo que dejar la escuela y dedicarse a este oficio. Comenzó como “chalán”, pero en tan sólo tres años llegó a ser maestro albañil.

“Los albañiles somos importantes porque sin nosotros no habría quien construyera los edificios; podrá haber arquitectos, pero sin un albañil nada es posible”, expresó de manera similar Moisés Pérez, de 27 años.

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