El mes pasado Alfredo fue testigo de la violencia familiar que ejercía su padre, tanto física como verbal, en contra de su madre y hermana.
En entrevista con 24 HORAS, Alfredo contó que el machismo de su padre se manifiesta con palabras altisonantes en contra de su madre, casi con cualquier pretexto como cuando la comida estaba fría o no le preparaba su desayuno temprano.
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“La gota que derramó el vaso fue cuando mi papá le dio una cachetada a mi mamá porque ella le contestó, en ese momento me meto y decidí que no debía permitir eso”, afirmó.
El caso de la familia de Alfredo no es aislado, en los primeros tres meses de 2022 suman 56 mil 624 denuncias por violencia familiar, es decir 629 cada día, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En el periodo de enero a marzo de este año, la violencia familiar repuntó 38%, al pasar de 16 mil 469 casos en enero a 22 mil 751 en marzo.
Los datos del SESNSP muestran una tendencia en aumento desde noviembre de 2021 con 19 mil 696, diciembre 2021 con 19 mil 762, enero con 16 mil 469, febrero con 17 mil 04 y marzo con 22 mil 751.
Los estados que presentaron más reportes de violencia familiar, de acuerdo al SESNSP son: la Ciudad de México con 8 mil 398, Estado de México 5 mil 616, Nuevo León 4 mil 469, Chihuahua 3 mil 72 y Guanajuato 3 mil 02.
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Para Francisco Rivas Rodríguez, Director General del Observatorio Nacional Ciudadano, la violencia familiar es un problema complejo que no sólo tiene raíces criminales, sino que tiene que ver con una incapacidad de la sociedad de proteger a los más desprotegidos, además de una ausencia de comunidad.
En entrevista con este diario, Rivas Rodríguez indicó que en el contexto de una de las peores crisis económicas que ha vivido el país, donde la pandemia tuvo un rol fundamental para que aumentara la incidencia de los delitos relacionados con la convivencia de las familias mexicanas; además, el alto número de empleos que se perdieron, se refleja en el aumento del estrés, que puede desembocar en un incremento en los episodios de violencia familiar.
“Generó condiciones precisamente para que algunos manifestasen su frustración a través de una violencia que ha sido normalizada por muchísimo tiempo, en el Observatorio nacional ciudadano estamos emprendiendo con algunas empresas trabajos internos para detectar tempranamente la violencia”, señaló.
Además Rivas advirtió que la violencia que ocurre al interior de las familias se manifiesta principalmente en agresiones en contra de la mujer, por lo que la mayor parte de las víctimas sean del sexo femenino. Puntualizó que una mujer violentada puede identificarse por los siguientes signos: tienden a volverse distraídas, cambio en sus conductas o en la forma de vestir, tienden a reportarse enfermas en sus actividades porque es una forma para intentar esconder los golpes recibidos.
Una pelea cambió su vida
Por: Valeria Chaparro
“No le hables así a tu madre, pendeja”, le gritó su padre a Marlen antes de someterla a golpes durante una pelea en su casa.
Marlen tenía 27 años cuándo vivió la que considera ha sido la experiencia más fuerte de maltrato intrafamiliar, en el que es su hogar y que comparte con sus padres y su hermana. La situación se desató después de que sus padres pensaron que ella no había cumplido con sus tareas domésticas. “Mi mamá se enojó, me empezó a insultar, a gritarme y a descalificarme”, relató Marlen.
Al enfrentar los injustos reclamos de su madre, de las palabras pasaron a los gritos provocando que su padre interviniera, primero la intimidó con insultos y luego arremetió a golpes y patadas, Marlene buscó defenderse, “ya en el suelo me lastimó. Yo sí le pegué. Más bien, sólo trataba de empujarlo. Sí utilicé fuerza para defenderme”, explica.
Su madre y su hermana atestiguaron los golpes, pero no intevinieron “solo gritaban”, mientras Marlen lograba escapar y se refugiaba en su cuarto. Al bajar la adrenalina, descubrió diversos moretones en piernas, brazos y costillas.
“Mi brazo me dolía mucho, se me volteó en algún momento de la pelea, también se me bajó la presión, ya veía figuritas y al día siguiente así me tuve que presentar al trabajo, pues en el IMSS no me quisieron recibir”, cuenta Marlene.
Ella no es la única víctima de la violencia de su padre, su hermana también ha sido amenazafda incluso el perrito que vive con ellas ha sufrido por la conducta agresiva de su padre. “Se pone violento con mi perro, lo ha lastimado, no grave pero si lo patea o le cierra la puerta”, expuso.
El maltrato recibido en su casa impactó en todos los aspectos de la vida de Marlene, días después de la golpiza que le propinó su padre fue despedida del trabajo y desde entonces no ha logrado colocarse en otro empleo.
Tampoco ha recibido apoyo por parte de su familia, “mi papá lo ha negado, mi mamá dice que me lo he ganado, mi hermana, nunca opinó. Quisiera levantar un acta o algo así, porque hace unos días me dijo mi papá que me rompería el hocico”, cuenta Marlene.
LEG