Las mujeres de entre 21 y 55 años con hijos tienen una presencia de 55% en el mercado laboral, mientras que la población femenil de la misma edad pero sin hijos, tiene una participación de 10 puntos porcentuales mayor en los empleos, según un reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Es decir, la condición de ser madre reduce la participación de las mujeres en el mercado laboral, situación contraria para los hombres que son padres.
En ese sentido, el Coneval refirió que para los padres entre 21 y 55 años de edad, la incidencia en el empleo se ubica por arriba del 95% y para los hombres sin hijos, disminuye en alrededor del 80%.
En el marco del Día de las Madres, el organismo autónomo también señaló que la inserción de las madres en el mercado de trabajo disminuye en unos cinco puntos porcentuales durante los primeros años de vida de los hijos.
Entre 2016 y 2020, el nivel de empleo de las mujeres con niños menores de cinco años se ubicó en 50%; en tanto, para las madres con hijos mayores de dicha edad, la presencia fue superior en 55%.
A la brecha de desigualdad en el mercado laboral, se suman las diferencias entre las horas que destinan hombres y mujeres en las actividades de cuidados de otros integrantes de la familia y del hogar.
De 2016 a 2020, las mujeres de todo los grupos de edad se han caracterizado por dedicar mayor tiempo al cuidado de otras personas.
Tan sólo en 2020, el tiempo promedio semanal que las mujeres destinaron a labores de cuidado de otros integrantes del hogar fue 11.5 horas mayor a las dedicadas por los hombres, y si se llega a comparar la brecha entre quienes están en situación de pobreza, la diferencia aumenta en 12.6 horas.
Respecto al tiempo destinado para los quehaceres domésticos, persiste la disparidad entre ambos sexos. Entre 2018 y 2020, las mujeres dedicaron 4.2 veces más horas al trabajo del hogar, en comparación con los hombres.
En la cuestión del trabajo doméstico no remunerado, durante el confinamiento en casa por la pandemia, hombres y mujeres aumentaron su participación en las labores del hogar no retribuida; no obstante, para ellas se registró un mayor incremento en las horas destinadas para dicha actividad.
El Coneval apuntó que “es crucial eliminar los estereotipos de género que asignan a las mujeres la carga del trabajo doméstico”, pues a pesar observarse avances en el combate a las brechas de género, todavía no ha resultado en una redistribución más igualitaria en las labores del hogar.
LEG