Uva, una labradora de siete años; Pepe, un golden de la misma edad, y Chumi, una mestiza, se entregan a las caricias de quienes acuden a la “zona libre de estrés y ansiedad” que se instaló en uno de los campus de la Universidad Católica de Chile (UC) para ayudar a liberar del estrés a los estudiantes que se enfrentan al regreso a clases tras la pandemia, una que para el país latinoamericano ha estado marcada por la ansiedad, la crisis social y la violencia.
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“Detectamos que había muchos problemas de convivencia escolar”, explica el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, haciendo referencia a los múltiples episodios de agresión física y psicológica que han ocurrido en los distintos niveles de escolaridad en lo que va del ciclo escolar, y que aumentaron 22% con respecto al 2019.
“Los perros disfrutan este trabajo. Son criados para que les guste mucho el contacto con las personas”, explica Camila Arteaga, directora de Tregua, la fundación de la que forman parte Uva, Pepe y Chumi, y para la que realizan funciones similares en hospitales pediátricos, fundaciones de niños con discapacidad y hogares de ancianos.
En Chile, los profesores dan cuenta de lo traumático que pudo ser el regreso a clases para los estudiantes, que pasaron de un aislamiento de dos años a pasar hasta 10 horas con mascarilla conviviendo en espacios cerrados.
CON INFORMACIÓN DE AFP
LEG