En solo tres años de Gobierno, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha reducido en 42% el presupuesto al Museo Nacional de Antropología y en 37.7% el del Museo Nacional de Historia.
En el caso del primer recinto, en 2018 recibía anualmente 129 millones 661 mil 948 pesos; en tanto el año pasado se le asignaron 75 millones 400 mil 425. Mientras que en el ubicado en el Castillo de Chapultepec se pasó de 59 millones 359 mil 320 pesos en 2018 a 36
millones 943 mil 629, el año pasado.
De acuerdo con la solicitud de transparencia 330018322000128 –hecha por 24 HORAS–, la partida que más se contrajo en el Museo Nacional de Antropología fue el capítulo 2000
al pasar de 10 millones 274 mil 050 pesos a un millón 281 mil 248 pesos; es decir, una reducción de 87.5%.
En este capítulo se incluye la compra de material de limpieza, artículos de oficina, aportación al sistema de ahorro para el retiro, vestuarios y uniformes, prendas de protección personal, refacciones y accesorios. Incluso en conceptos como Material de Apoyo informativo y material en actividades de investigación en 2021 no hubo presupuesto.
En esa misma situación se encuentra la compra de materiales, accesorios y suministros de laboratorio y otros productos químicos, los cuales no tuvieron recursos en 2020 y 2021.
El documento refiere que en el capítulo 3000 existe una reducción de 53.6%. En éste se incluyen conceptos como servicios de agua, el cual no recibió presupuesto alguno en 2019, 2020 y 2021. Asimismo, se dejó sin recursos a los servicios de vigilancia los dos últimos años.
En un recorrido realizado por esta casa editorial, se observó que en la paquetería solo hay una persona laborando en domingo, y ante la alta demanda de usuarios, incluso policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) apoyan con esa tarea.
Tanto en la sala de introducción a la Antropología, Pueblos Indios y Maya, las descripciones de los diferentes objetos que se exhiben están borrosas, por lo que la gente no termina de leer el texto completo.
“Muy interesante todo lo que se muestra, pero las letras no se alcanzan a ver, incluso hay partes donde el texto se ve incompleto y no lo entiende uno”, dijo Roberto, visitante al museo.
Asimismo, existen salas en las que se constató que las pantallas permanecen apagadas y el mobiliario está roto, desgarrado o rayado.
En el Museo Nacional de Historia el capítulo que registra la mayor disminución fue el capítulo 2000 al pasar de 2 millones 776 mil 225 pesos en 2018 a 848 mil 256, en 2021.
En este capítulo se incluyen conceptos como: productos textiles; vestuario y uniformes; combustión, lubricantes y aditivos para maquinaria y vehículo; así como otros productos químicos; materiales, accesorios y suministros de laboratorio; productos alimenticios para el personal; y utensilios para el servicio de alimentación se dejaron en cero pesos durante 2021.
Mientras que el concepto de materiales accesorios y suministros médicos tuvo a penas 635 pesos de presupuesto; y en el capítulo 1000, el apartado gratificación de fin de año se redujo, al pasar de 5 millones 810 mil 369 pesos en 2018 a solo 334 mil 376, el año pasado.
En un recorrido por este recinto se preguntó a los visitantes sobre las condiciones del Museo de Historia y todos coincidieron en que se encontraba en condiciones óptimas.
MÁS QUE UN CUARTO DE COSAS VIEJAS
Gabriela Prieto, académica de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, manifestó que es necesario tener políticas más francas para todos los museos en el país.
Explicó que México es el segundo país en Latinoamérica con más museos, por lo que si no se invierte en ellos, no podrán tender un incremento de visitas ni generarán más ingresos.
“Los museos no sólo exhiben, también investigan, conservan, divulgan (…). Es un lugar en donde puede haber una retribución económica; un ejemplo son los museos europeos, que han llegado al punto donde que ya no se le invierte, el propio museo es el que genera sus recursos”, manifestó en entrevista con este diario.
Ante la reducción de recursos, la especialista consideró que el Gobierno de México debería hacer un cambio de visión y verlos como una institución más global. “No sólo un lugar en donde parecería como un cuarto de cosas viejas, sino donde podemos tener un punto de
inserción social muy importante”.
Hallan visitantes, salas cerradas
A casi dos meses de que reanudaran operaciones museos de la capital del país, visitantes se mostraron contentos con las exposiciones que se ofrecen, aunque lamentaron la falta de acceso a varias salas que –les informaron– están en mantenimiento.
Mexicanos y turistas extranjeros confluyen a diario en dos de los museos más emblemáticos de la Ciudad de México: el Museo Nacional de Antropología e Historia y el Museo Nacional de Historia.
Para Kevin, estudiante de nivel preparatoria, visitar la edificación que alberga la sala azteca y maya es una experiencia muy interesante. “Se me hace que hay muy buena conservación, porque todo se ve en orden y en buen estado”.
Sin embargo, el joven se quedó con ganas de visitar el resto de salas. “Queríamos verlo todo, porque queríamos conocerlo. Nos quedamos con ganas de ver el segundo piso; estaría bien que lo volvieran a abrir”.
En un recorrido se constató que seis salas de la planta alta del Museo de Antropología están cerradas, entre ellas: Oaxaca: Pueblos Indios del sur; Costa del Golfo: Huasteca y Totonacapan; Pueblos mayas de la planicie y las selvas; y Los Nahuas. Algunas, informó personal del lugar, cerradas desde antes de la pandemia.
En tanto, Feliza, consideró que en el Museo Nacional de Historia “le falta un poco más de guías, como que tienen un poquito revueltas las cosas”, y se mostró decepcionada por el cierre de salas.
LEG